27 abril, 2024
Tres bandas, una noche de verano, miles de personas, algunos altavoces, grandes luces y mucha acción es lo que hubo y no hizo falta más para que eso funcionara

Fotografías Inma Flores

Auditorio Rocío Jurado, 05/09/2015

El rock creo que es lo que pasó en Sevilla la noche del cinco al seis de septiembre. El ruidoso Carlos Raya (uno de los Fitipaldis) y el sereno Fito Cabrales cantando por Platero y Tú. Es la melena de Ovidi Tormo (líder de Los Zigarros) y la pandereta roja de Carlos Tarque (alma de M Clan). Y también nosotros. La pareja que se magreaba, el matrimonio pureta que sonreía y las adolescentes miopes e hiperactivas. Todos éramos el rock. También el cielo, al que le gustaba lo que iba a suceder.

Resulta que estuvo todo el día lloviendo y sólo cesó cuando Los Zigarros arrancaron. Ya saben, el humo y el agua no se llevan bien. Esta banda invitada por Fito sirvió de aviso para que la gente fuera entrando. Hicieron caso y el goteo de público derivó en marea humana cuando Los Zigarros daban las últimas caladas a su música y el clan de Carlos Tarque se esperaba con ansia. Los Zigarros estuvieron bien. Hacen un rock&roll veloz con letras aceptables. Esta gira les pondrá en la playlist de muchos.

Bueno, M Clan por fin salió. Como la luna. Era de noche cuando enlazaron éxitos de siempre (‘Carolina’ o ‘Quédate a dormir’) con canciones que pocos conocían. Por lo menos a mi alrededor. Y había tela de gente, porque estábamos más apretados que una caja de tizas. Aun así, M Clan es un valor seguro. Son correctos en casi todo y la voz de Tarque me parece excelente. Profunda y sentida. Y él se entrega. Y ellas a él. Fue emocionante cuando se atrevió a bajar entre el público para probablemente batir el récord de selfies en el Auditorio Rocío Jurado. Con palos y brazos los rodeaban mientras deambulaba y cantaba entre la muchedumbre. Quizá fue la única vez que soltó la pandereta roja.

Una pandereta en forma de D mayúscula rojiza que fue su juguete durante la hora y pico de su espectáculo. Él la lanzaba y se olvidaba. Ya podía caer a los pies del batería o en las manos de la primera fila, teniendo que ir un operario a recuperarla. No tendrán muchas, aunque acabó regalándola al gentío. Ese complemento fue sólo un detalle. Una pincelada más allá de lo esperado. M Clan cumplió.

Fito y Fitipaldis tuvieron que ir un poco más allá. Eran los protagonistas y sumaron un retraso por problemas audiovisuales propiciados por la lluvia. La gente los disculpó del todo cuando aquello empezó a encenderse y a sumergirnos en el universo fitipaldiano. Esta vez muy relacionado con la muerte, los esqueletos y lo tenebroso. Estuvo simpático y además se quedaron más de dos horas tocando canciones.

Convirtieron la velada en casi interminable y se agradece. Interpretaron de todo: temas nuevos exitosos, temas nuevos poco conocidos, temazos famosísimos, una con los vocalistas de sus teloneros, etcétera. Es más, diría que su idea revisar el disco nuevo (Huyendo conmigo de mí) más casi todos los clásicos (‘La casa por el tejado’, ‘Me equivocaría otra vez’ o ‘Por la boca vive el pez’) y la pincelada plateriana en plan íntimo (‘Alucinante’). ¿No está mal, no?

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