26 abril, 2024
El festival cierra una edición multitudinaria que confirma el momento por el que atraviesa

Fotografías por Marina Benítez

Hace una semana volvimos de la VII edición de Alrumbo Fest, celebrado en la localidad gaditana de Costa Ballena (Chipiona, Cádiz). Fueron, según las cifras ofrecidas por la organización, 150.000 almas las que vibraron con los artistas que nos visitaban este año. Aunque en un principio todo indicaba que la afluencia iba a ser menor debido a la gran competencia que le surgió con el festival Cabo de Plata, Alrumbo ha demostrado que aún tiene ases en la manga. A lo largo de sus siete ediciones, ha ido variando una fórmula indiscriminada para la selección de artistas, ya que puede parecer que tiene poco definida su identidad. Sin embargo, le funciona, abarcando una gran diversidad de público, desde rockeros hasta fans de la electrónica.

Así cerraron un cartel con más de 60 nombres nacionales e internacionales que han llevado al público directo hasta las filas de Alrumbo, ya que era difícil ignorar la presencia de míticos grupos como The Prodigy o la vuelta a los escenarios de Violadores del Verso.

El jueves comenzó con retraso, pero poco importa cuando tienes subido a las tablas al gran Raimundo Amador, como siempre brillante. Este insigne artista de la guitarra fue seguido por Julian Marley, directamente desde Jamaica, gracias al cual muchos tripulantes han podido descubrir la verdadera esencia del reggae. Sin duda, desprendiendo buen ambiente por cada uno de los poros de su piel.

El rock en la primera noche llegó de la mano de 091, grupo que se está haciendo imprescindible en los carteles de los festivales españoles desde que resurgiera el año pasado. Altamente recomendable, y si aún no habéis tenido la oportunidad, podéis encontrarlos en octubre en el festival Interestelar. Para los que se quedaban cortos con el rock de 091, pudimos tener a los famosos Soziedad Alkoholika y a Hamlet en el escenario Cruzcampo. Un chute de energía y agresividad que nos mantuvo hiperactivos todo lo que quedaba de noche.

En uno de los escenarios principales nos encontramos a El Langui, el famoso, querido y también polémico rapero que contó con dos apariciones estelares. En primer lugar, contó con la colaboración Swan Fyahboy, a pesar de no formar parte del cartel este año. Además,  nos ganó a todos con la pequeña aparición de su hijo, ya conocido por todos. La noche se cargó de buen rollo con Macaco, El Canijo de Jerez, Los mojinos escozios o Trashtucada, grupos que son siempre un acierto seguro.

Aunque la revelación de la noche la encontramos en Modestep, grupo londinense de rock electrónico, dubstep y drum and bass que dejó a todo el mundo KO con su estilo rompedor. Aunque echamos de menos la banda con la que suele tocar, que fue sustituida por un DJ, estuvo a la altura de las expectativas de su público.

A pesar de no ser lo habitual, este año hemos encontrado importantes dosis de indie con Vetusta Morla, que consiguió una gran cantidad de espectadores en uno de los escenarios principales. Y es que no fue para menos con el espectáculo que ofrecieron, como siempre, Vetusta no defrauda. Y aunque su actuación estaba siendo sublime, al final de la última canción ya se empezaban a escuchar los gritos de euforia y nerviosismo de los fans de Violadores del Verso.

Después de mucho tiempo de espera desde su última aparición, por fin pudimos disfrutar de la vuelta a los escenarios de los vástagos del rap español. Fans de todas las edades se encontraban a lo largo y ancho de Alrumbo para poder rapear con Violadores del Verso sus famosos temas, como por ejemplo «Cantando». Todo un hito para los seguidores que allí se concentraron.

Muchos de los asistentes habían escuchado hablar de los Gipsy Kings, pero aun así no eran conscientes de la gran cantidad de canciones que conocían de este emblemático grupo. Y es que son de esos que forman parte de tu banda sonora y no lo sabes. Por ello, el público se lo pasó en grande.

Poncho K pisó el escenario con su fuerza característica haciendo un recorrido por sus mejores temas. Y a pesar de la fuerte competencia en el otro escenario, no faltó público para darlo todo con sus canciones.

El viernes fue un día de grandes momentos. No solo vivimos la vuelta a los escenarios de Doble V, sino que también asistimos a la presentación del grupo Estricnina, formación de El Canijo de Jerez  y Juanito Makandé.  Ambos aparecieron vestidos de astronautas, y es que prometieron que su primera actuación iba a ser de otro planeta. Y lo mejor de todo, es que el público respira el buen ambiente entre estos dos grandes amigos.

Uno de los platos fuertes de la noche fueron Dremen, grupo español de rap con grandes influencias electrónicas. Pusieron al público a más de mil, presagiando la gran noche que quedaba por delante. Cuando llegó por fin la hora de Martin Garrix a las 5.30 de la mañana, la gente estaba despierta como nunca esperando uno de los conciertos que marcarían Alrumbo 2016. El joven DJ, del que ya no podemos hablar como una promesa sino como una realidad, se lo pasó en grande. La noche fue un despliegue de fuego y colores por los aires hasta el amanecer. Un espectáculo que quedará grabado en la memoria de todos los asistentes.

Y por fin llegó The Prodigy  el sábado, la apuesta más fuerte de este año. El mítico grupo inglés rompió la noche con su electrónica más voraz. Sin embargo, aunque miles de asistentes esperaban este espectáculo con ansias, no fue la actuación estrella del Alrumbo 2016.

El día estuvo repleto de brillantes momentos, como el caluroso concierto del Capitán Cobarde, como siempre con una completa interpretación de sus temas, en todos los sentidos o el abarrotado concierto de Juanito Makandé, que a pesar de haber actuado la noche anterior en su flamante grupo Estricnina llenó todo el recinto.

Hay que destacar especialmente a la nigeriana Nneka, con su corazón de soul y su voz tan particular como perfecta. Recordando los mejores momentos de hace unos años, tuvimos a los míticos No me pises que llevo chanclas, con su inusual atuendo y sus canciones llenas de buenos recuerdos.

Como hemos dicho, este año el indie ha tenido un importante hueco en el cartel teniendo en sus filas a otro gran nombre de este género en España, Lori Meyers, con una puesta en escena ecléctica, colorida y bestial.

También el rap tenía gran importancia, y así cerramos nuestro festival por esta vez, al son de Sharif con sus versos hechos música. Como se puede comprobar, un cartel muy polifacético, con artistas para todos los gustos y aunque algunos puedan pensar que tiene una identidad poco definida, su espíritu se basa en presentarse como un festival para todos los públicos.

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