Fotografías Esperanza Mar
Tomo prestada esta frase del gran B.B. King para explicar de la manera más gráfica el sentimiento que me produce personalmente llegar cada año al Bluescazorla. Ya llevo 9 años sin faltar y son pocos. Sé que muchos de mis compañeros de viaje o de estancia llevan mucho más tiempo que yo disfrutando de las mieles de la sierra jiennense. Pero cada año es distinto, cada año se nos eriza la piel como si fuéramos adolescentes en una playa estrellada.
Jueves 8 de julio
Música para las penas
Cuentan que la diferencia principal entre los sueños y la realidad son los sentidos, sobre todo el del tacto. En los sueños el tiempo es impreciso, los sentimientos fluctúan sin control, las imágenes nos juegan alguna que otra pasada, pero los sentidos, los sentidos son otra historia. Difícilmente podrá dolerte algo en un sueño, lo que podrás sentir es sufrimiento. Pero, ¿tenemos tan claro siempre que es un sueño y que no lo es?. Imaginemos un pueblecito a los pies de una montaña. Blanco, de casitas bajas, con mucha gente riendo y paseando por sus calles. En ese lugar no hace frío ni calor, llueve pero no con tristeza sino con refrescante alegría. La naturaleza se fusiona con las terracitas de los bares donde un guitarrista afina nuestro oído para lo que está por venir. Sucede que en aquel lugar las gentes sonreían al verte pasar, no faltaba nunca un buenas tardes, un gracias, una mirada cómplice y servicial del que sabe que comparte un trocito de cielo con un extranjero al que aún le cuesta asimilarlo. ¿Diríais que es realidad?
Cada año cuando mi coche se aproxima a Cazorla por la única carretera que llega al pueblo me voy preguntando lo mismo. Y nunca consigo dar una respuesta clara y contundente.
En este escrito haré mucha publicidad de muchos lugares. No nos pagan nada pero el espíritu de compartir que se respira durante el festival es tan grande que quedan rescoldos incluso cuando ya nos hemos ido.
Ya es el segundo año consecutivo que nos alojamos en los Apartamentos Arroyo Parrilla. El motivo, fácil, tienen piscina para las horas muertas, que son pocas dicho sea de paso. Están justo a la salida de Cazorla (2 minutos), no son caros y nos dejan llevarnos a nuestra mascota, un perro de agua precioso y cariñoso, Wero.
Fue llegar, dar un paseo por los alrededores e irnos directamente a la rueda de prensa en el Ayuntamiento. Allí tras hablar con algunos de los organizadores pudimos ver una pequeña actuación de José Bluesfingers que nos iba metiendo, más aun si cabe, las ganas en el cuerpo.
00:00 091
Salimos tarde de la presentación y por la noche llegamos cuando James Hunter ya estaba terminando. No había perdón para perdernos a una de las grandes figuras del jueves, pero los escasos dos temas que pudimos escuchar nos confirmaron lo que ya sospechábamos. Por un lado que la primera hora del jueves es mala incluso si traes a James Hunter. Por otro que es sonido es tremendo. Está cuidado al detalle, y aunque en algunos conciertos pudo afinarse un poco más la facilidad para pasar en 10 minutos escasos de un artista a otro y que sonara bien siempre es de agradecer, y mucho, a la organización de Riff.
Nos da tiempo de escuchar algo de su nuevo trabajo Hold on que presentó en febrero de este mismo año. Esa mezcla de Soul y Rhythm & Blues me tiene loco. Me quedo con ganas de mucho más, por supuesto.
Pero no nos pudimos despistar mucho ya que a continuación llegaba el plato fuerte de la velada. 091 han vuelto este año con la remasterización de Tormentas imaginarias y la edición de un recopilatorio de 4 CDs de gran parte de su carrera, Este es nuestro tiempo 1986-1991. No contentos con eso, se han embarcado en una extensísima gira por toda la península que está cosechando unos llenos absolutos allí por donde van. Así que estaba claro que no nos lo íbamos a perder, ni nosotros, ni toda la gente que a la hora de las brujas llenaba casi la plaza por completo.
Los 5 integrantes de 091 salen como auténticos sabios en las tablas. Reducen su imagen a colores oscuros y elegantes para no despistar al espectador. Aquí se trata de hablar de historia viva del rock español no de una sesión de corte y confección. No hay nada que demostrar cuando la leyenda se abre paso antes de tu llegada.
Hubo tiempo para darle un buen repaso al recuerdo, “El baile de la desesperación”, “Zapatos de piel de caimán”, “Debajo de las piedras”, “El lado oscuro de las rosas”, “Tormentas imaginarias”, “Nada es real” o “En el laberinto” son sólo algunas muestras de la inevitable cadencia instrumental y compositiva que nos está arrollando por completo.
El sonido, el empaque, todo destila aplomo, consistencia y sabiduría. Banda que define el concepto de la manera más clásica y fiable de todas. Aquí no se engaña a nadie, todo es tal y como lo podrías esperar, sonido pulido al detalle y canciones que se te quedaron grabadas a fuego en tu memoria que luchan desesperadamente por salir.
“Huellas”, “Este es nuestro tiempo”, “La noche que la Luna salió tarde”, “Otros como yo”.
Creando escuela aún habiendo puesto su nombre a la calle principal de tu ciudad. Hoy en día a quien podríamos escuchar que tuvieran letras la mitad de profundas y pensadas que estás.
La guinda la ponemos con “La torre de la vela”, impresionante en directo, “La calle del viento” y, tras una breve pausa, “La canción del espantapájaros” en acústico con José Ignacio Lapido y José Antonio García. Momento íntimo y desgarrado de la noche.
Como despedida nos dejan “Esta noche”, “Si hay tormenta” y “La vida que mala es” que sin saberlo se nos quedará pegada ya para todo el fin de semana.
No me extenderé mucho más, sólo diré que vaya “conciertazo”. No se les puede poner un pero. Sonido, empaque, sinergia entre público y banda, todo encajó a la perfección. En serio, si en lo que les queda de gira pasan cerca de tu ciudad no dudes en ir a verlos. Vuelta por la puerta grande.
2:03 Aurora & The Betrayers
Tenía muchas ganas de volver a ver a Aurora y los suyos. Los vi en directo presentando su primer disco y ahora con Voodo suponía que habrían madurado como banda, así que tampoco me lo iba a perder.
Tras una introducción de tintes apocalípticos una Aurora decidida comienza la sesión con “Fire” para acto seguido arremeter con “Voodo”, los dos primeros sencillos de su nueva obra. En el escenario los 9 componentes del grupo van calentando poco a poco aunque parece que inicialmente les cuesta un poco de trabajo. La gente en la plaza se ha quedado con tan buen sabor de boca de 091 que está muy por la labor de dejarse engatusar por el Soul tirando a rock de estos madrileños.
Pero a pesar de interpretar gran parte del repertorio de sus dos discos “Take me away”, “Aint got no feelings”, “If you could be me”, “Move on and on”, “Who do you think you are?” o “Hey, hey” y hacer alguna que otra versión como la de “Get down” o “In the heat of the morning” del gran David Bowie, la verdad que el concierto fue bastante flojo.
Una lead vocals apagada y apenas sin fuerza intento dar más altos de lo que su voz le iba a permitir esa noche. Se le fue la entonación en multitud de ocasiones y no consiguió enganchar bien con el público, que nos consta, había ido aquella noche en gran parte por verla a ella después del estruendoso éxito de la edición pasada.
Una mala noche la tiene cualquiera y no sería de recibo intentar adornarla en este escrito. Un final de fiesta con la movida “Losin´my mind” no hizo más que confirmar lo que ya había quedado claro, desde el escenario no salía energía.
El cuerpo se nos vino un poco abajo y comenzó a notar el cansancio de todo el día de viaje y la preparación previa, así que lamentándolo mucho no pudimos quedarnos a disfrutar de Seydel Harp Attack de los que posteriormente nos comentaron que estuvieron muy bien y que quizás fue la actuación más destacada de armónicas de esta edición.
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