26 abril, 2024
La banda toledana Veintiuno dio un concierto acústico en La Sala, Sevilla. Fue un bolo animado e íntimo de su último trabajo, Gourmet.

Fotos de Marina Benítez

El grupo toledano tocó en La Sala una versión acústica de su último trabajo, Gourmet. Fue un concierto íntimo y animado, lleno de momentos intensos, de bailes y de las voces del público.

El grupo toledano Veintiuno pasó por Sevilla, recientemente para tocar una versión acústica de su último trabajo, Gourmet (Warner Music, 2018), el segundo largo de una trayectoria que junto con otros des EPs comenzó hace tres años. La banda está formada por Diego Arroyo (voz, guitarra y teclados), Yago Banet (bajo), Pepe Narváez (batería y percusión) y Jaime Summers (guitarra).

El crecimiento de Veintiuno está siendo rápido, y actualmente se encuentran inmersos en una gira que les llevará por escenarios importantes a lo largo del país, como por la sala Joy Eslava del próximo 26 de abril e incluso por el Sonorama Ribera este verano. Participan también en el Tributo a Mecano de la banda Descanso Dominal, junto con artistas como Iván Ferreiro y Zahara.

El concierto acústico tuvo lugar en La Sala, un local ya consolidado en el panorama musical sevillano, cuya ambientación ayudó al público a integrarse en el estilo calmado pero potente que interpretó el grupo. Las mesas, el fondo y los laterales del bar estaban repletos de gente de diferentes edades que coreaban las canciones y bailaban al ritmo de los temas. Aun siendo un acústico, Veintiuno puso a la audiencia en pie gracias a un concierto muy dinámico.

La banda comenzó con temas conocidos como El Desfile, Delirio y Equilibrio y El apetito. Desde la primera canción, el público acompañó con palmas y comenzó a formarse el ambiente animado que se mantendría todo el concierto.

Diego —el cantante— agradeció ver la sala llena y presentó Estela plateada, tema en el intervino como artista invitado Rafa Leone, cantante del grupo local Astropálido. «Si tenéis suerte llegará alguien a vuestra vida que le dará la vuelta a todo, y por eso existe esta canción«, explicó Diego.

Tras Me gustaría —»una canción de más o menos amor«— y poner al público «a trabajar» con ritmos, el grupo recordó cómo hace un año dieron un pequeño concierto en Sevilla al que acudieron apenas diez personas. Los integrantes miraban la sala llena con agradecimiento, y dedicaron unas palabras de cariño a Miguel Sánchez, quién les ha brindado la oportunidad de crecer como músicos y como proyecto.

Tras unas palabras tan llenas de emoción no podía venir otra canción que no fuera Delicadeza, en la que Diego dejó a un lado la guitarra para coger el teclado. El público cantó las letras y todos terminamos de pie coreando el aleluya.

Los siguientes temas fueron Gourmet; Pirotecnia; y Los —benditos— Santos Imprudentes, en el que nos sorprendieron con un solo de teclado en manos de Diego, quien llevó su voz hasta el susurro, dando la impresión de que se ahogaba con las palabras y llenándolo todo de una sensación de verdad.

Ya en el clímax —o, al menos, uno de ellos— del concierto, la banda entera regresó para tocar Tu Nombre, que retumbó preciosa entre los corazones que la tarareaban. Es una canción que, sin duda alguna, deberían de grabar en acústico.

Tras Por si acaso, vino Lengua, «dedicada a toda la gente que me ha llamado bocazas en algún momento«, en la que destacó la batería con el sonido de los platos, sobre todo en el final.

Diego presentó la banda, tocaron Llama y Gasolina, y se hicieron de rogar ante el automático bis del público. Volvieron al ritmo de rap y piano para cantar Cabezabajo y terminar el concierto —en una decisión arriesgada a la par que acertada— con el exitoso single Dopamina. El acústico llegó a su culmen y concluyó; dejaron la sala vibrando, el paladar con ganas de más.

Fechas de los próximos conciertos

Veintiuno en La Sala

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