Este sábado 8 de octubre Fibes se vistió de gala para recibir el Dalma Tour. El auditorio, ansioso por recibir la gira de presentación del nuevo disco de Sergio Dalma, se fue llenando poco a poco de un público muy variado. Siempre resulta curioso ver el ritual con el que los seguidores de cada artista van completando el aforo, y más en este caso, puesto que este cantante, con tantísima proyección y trayectoria en la música de nuestro país, es capaz de reunir a espectadores de al menos tres generaciones y que cada una de ellas vivan el concierto como una gran experiencia y con una gran ilusión.
El esperado espectáculo dio comienzo con un latido acompasado sobre un escenario fundido en negro que va poniendo en situación a un público deseoso de recibir al artista. Al encenderse las luces sonaron las primeras notas del tema “Eres” de su último trabajo Dalma y con ellas el inicio de una gran noche en la que Sergio Dalma no dejó indiferente a nadie.
Cuatro bloques bien marcados por ese latido inicial, y un cambio en la morfología del escenario en cada uno de ellos, señalan la estructura de un show muy bien planificado para que tanto los seguidores fieles de Sergio Dalma como los eventuales encuentren su momento especial y disfruten del espectáculo.
Así, en el primer bloque pudimos disfrutar de parte de ese Dalma. Entre las canciones elegidas para este muestrario de su disco más maduro y positivo sonaron “Imaginando”, “Nada igual a ti” o “Si todo lo que siento se pudiera cantar”, compuesta por Iván Ferreiro, uno de los grandes compositores de nuestro país que acompañan a Sergio en esta nueva andadura, y que le ayudan con sus temas a mostrar unos nuevos registros que elevan su voz hacia lugares antes no explorados.
Con el primer cambio de escenario nos vimos transportados de lleno al mundo de Vía Dalma. Pequeños fragmentos de esos temas, que encontraron su cabida en los dos trabajos de homenaje a la música italiana de siempre, se alternaban jugando con un espectador conocedor de los mismos y que no dudó en ningún momento en participar del espectáculo. Especial mención requiere el tema “Te amo” en el que Sergio Dalma se giró hacia la grada y se vio recibido por unas primeras filas llenas de caritas de emoticonos con los ojos de corazón para mostrarle el amor del auditorio sevillano hacia un artista que no pudo más que emocionarse hasta el punto de tener que parar de cantar para retomar la canción que ya era coreada desde la grada.
El tercer bloque, presidido por una Jukebox o rockola en el lugar principal del escenario, sirve a Sergio para proponer al público un giro más, saltar en la historia de su repertorio para elegir canciones que son un clásico pero vestirlas con nuevos ritmos y registros. De esta forma, “Si te vas”, “Naúfragos”, “Volveré” o la canción “Esa chica es mía”, a la que el artista tiene un especial cariño por ser la que le dio la oportunidad de dar el gran salto en su carrera profesional en el año 1989, volvieron a sonar en directo con esas nuevas versiones que destacan por unos exquisitos arreglos y una ejecución vocal correctísima y bella en la voz de un cantante que ha sabido evolucionar y madurar musicalmente en sus casi treinta años de carrera.
La recta final del concierto estuvo marcada por un ritmo más rápido, para esta última sección Sergio Dalma seleccionó temas como “Tú y yo”, “La vida empieza hoy”, “Yo no te pido la luna” o “La buena suerte” para demostrar, junto a un público eufórico incapaz de aguantar sentado en sus butacas, que no es sólo ese cantante de baladas sino que es un intérprete heterogéneo que busca siempre sorprender y que fue capaz de marcarse un zapateado flamenco en mitad de una canción para hacer honor a la tierra que lo acogía aquella noche.
Tras despedirse emocionado y ovacionado, Sevilla pidió más y, como es costumbre por estos lares, el compás de las palmas de todo el Auditorio Fibes animó al artista a volver al escenario para cerrar el concierto a lo grande con ese “Bailar pegados” y esa “Galilea” que el público reclamaba y que puso el broche final a una fantástica noche.
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