26 abril, 2024
"El rock sevillano se une con la voz de Ramón para crear un cóctel explosivo"

En este caso ya no es tanto la presentación del último trabajo de TNR “Tinieblas, por fin” sino más la interconexión de ambos mundos, de ambos universos, mejor dicho. Todo ello para el exclusivo disfrute del personal.

Nueva noche en Nocturama. Nueva experiencia musical y cultural.

Todas las ofertas que nos está ofreciendo el festival este año son muy atractivas pero, quizás hoy, es uno de los días grandes de este mes.

Maga sale al escenario de este precioso jardincito.

Cuando el grupo es local se nota. Quizás en sus letras no se note el ritmo del sur, ni la tonalidad de unas tardes de calor, pero precisamente es eso lo más atractivo. Lo que engancha a la gente, lo que la atrapa.

Con un escueto “Hola buenas noches, somos Maga, bueno Remaga” abren el directo.

El privilegio de abrir el concierto se lo lleva “Risas enlatadas” de TNR. Un tema a medio tiempo bueno para ir haciéndonos el cuerpo, y muy del estilo de TNR. Digamos que, ha elegido algo característico suyo.

Parece que van a ir alternando temas pues para el segundo corte “Diecinueve”, del disco homónimo de 2002.

Este tema ha ido apareciendo en varios recopilatorios durante estos años. Al que le sigue “Marathon Man” del último disco de TNR.

Hay algunos problemillas todavía de sonido. Curioso porque es la primera vez que lo escuchamos en el festival.

El ritmo con el que empiezan es bastante alto. Lleno de sonidos de guitarra, sonidos sucios y embaucadores. Sonidos cargados de notas e imaginación. Acompañan a unos temas exotéricos, a unos temas donde las letras se mezclan con un sentimiento de vacío, de desasosiego, de latido del corazón acelerado.

Hagamos cuentas” del último disco de Maga Satie contra Godzilla, se difunde con Galatea.

Entre risas y bromas los temas crean atmósfera. Crean una especie de vínculo entre ellos y la gente que miramos desde el foso.

El sonido compacto y aglomerado, casi como montado uno encima de otro. Suena a banda trabajada, donde los instrumentos se pisan sin llegar a tocarse. Donde la voz se eleva alta entre el amasijo de sonidos y vibraciones.

De memoria” suena tremendamente bien, aunque quizás un poco monocromáticos. Tras ella Ramón nos confiesa que “La cafetera” es de las primeras canciones que escribió en castellano.

Sigue sonando muy bien, pero no ha cambiado sustancialmente el ritmo del concierto. Ritmo animado con frases de 4  o 5 palabras. Triste pero alegre, el secreto bipolar del hit.

Curiosamente con “Silencio” la cosa cambia, el ritmo baja unos cuantos puntos, las palmas de la gente acompañan los beats del batería.

Es precisamente el cambio de ritmo que le faltaba al directo. Muy bien por darse cuenta y por el planteamiento de los temas.

Llega un pequeño break donde Ramón se queda en el escenario para deleitarnos en plan íntimo y muy personal con “Elena-na” y “El fin del imperio”.

Nos confiesa que “Elena-na” es una canción que hizo cuando estaba feliz, un día después de hacer el amor. La anécdota no pasaría de ser curiosa si no hubiéramos escuchado sus temas y nos hubiéramos dado cuenta que efectivamente este hombre compone cuando está amargado. Eso se nota.

El sentimiento del concierto ha cambiado de forma radical, lo que demuestra la versatilidad de las composiciones de este grupo.

Cosa que ya sabíamos y que nos extrañaba que no hubieran sacado antes.

Aunque tal y como el mismo ha dicho, son unos antiguos y aun creen en el concierto a dos partes, donde te podías ir a fumar un cigarrito en el intermedio.

Y tras este pequeño break el grupo vuelve con “El refugio de Supermán” del disco Libre Asociación y “Astrolabios”.

Cierto y verdad que las letras no son la alegría de la huerta pero el sonido orgánico e instrumental de sus composiciones hacen que se nos mueva algo dentro que nos anima el alma. Casi sin darnos cuentas disfrutamos como niños chicos.

La ofensa”, “Despide” y “El saben aquel que diu” conforman una trilogía única. Mezcla visceral de acordes y ritmos.

Reconocen que era el concierto que estaban esperando pues es muy gustoso cuando la gente viene a verte tocar, y no en un festival que la peña solo está por estar.

La voz de Ramón es más fuerte y llena de matices que la de Miguel Rivera, y eso lo saben bien, por eso ha cantado varios de los temas de Maga. No ha sido casualidad. Les ha imprimido más ritmo y profundidad al llegar a notas más altas.

Ruido” y “Lo bello y lo bestia” sirven de preámbulo para el segundo break de la noche.

Un descanso que Mike aprovecha para dejar con la boca abierta al personal cuando guitarra en mano aparece justo al lado de nosotros. Entre el público. Y sin micro ni nada se arranca con “Anabeli”, una versión de un tema de Radio Futura.

Los pelos se nos vuelven escarpias cuando todo el jardín se queda en silencio y lo podemos escuchar perfectamente cantar a la vez que se pega un paseíto por el jardín.

Acompañado únicamente por la luz de la luna se crea uno de los momentos mágicos de la noche.

“Sucedáneos”, “Consciente hiperconsciente” y una movidita “Te debo un baile” ponen el punto y final a la noche. Tres temas de The New Raemon en los que se le ha imprimido mucha más energía y fuerza que en sus respectivos discos.

Fruto quizás de la buena asociación que hacen sobre y fuera del escenario. La complicidad se ha palpado entre ellos. Las ganas de pasárselo bien se nos ha contagiado a todos, y han conseguido una de esas noches redondas.

Podéis ver todas las fotos del concierto AQUÍ

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