19 marzo, 2024
Calor y ritmos del sur envasados al vacío.

The Bongo Club, Edimburgo

22/05/2016

Cual visita que trae el consabido paquete de productos envasados que llenan el estómago y reavivan la nostalgia, Juanito en su maleta nos traía algo más valioso, el calor, la energía y la pasión de su arte con sabor a sur.

Tras la apertura de puertas entramos en la sala, rodeados de un público mayoritariamente joven y en su casi totalidad español. Una audiencia de unas 250 personas que con ganas de fiesta pudo disfrutar a lo largo de hora y media del positivismo y compadreo que Juanito ofrece en sus potentes directos.

“Buenas noches familia. Os vamos a adoptar un ratito compadres” exclamaba para poner claro que si algo iba a tratar la noche era de buen rollo y confraternidad.

Como viene siendo habitual en la gira de su último álbum “Muerte a los Pájaros Negros”, comenzaron los primeros rasgueos de guitarra de “Pistolas y Cuchillos”, tema con el que el público comenzó a corear para ya no parar hasta el final del espectáculo.

Con temas como, «Tocar las nubes», “Cristales”, “Ramón”, o “Cuchillos en el aire” pudimos comprobar el porqué de la repercusión y el impacto que Juanito ha alcanzado en el panorama musical actual.

Con aspecto informal y cercano, su fuerza y carisma se adueñó del escenario. Si a esto le añadimos la enérgica mezcla de ritmos funk, rock-pop, reggae y jazz fusionados con el flamenco,  el resultado fue un directo lleno de contundencia y potencia a un ritmo que no daba pie al descanso.

Acompañado por sus compadres Fran Cortés (guitarra), Fernando LaMadrid (bajo), Enrique Rodríguez (trompeta) y Nano Peña (batería), su voz quebrada fue un canto que invitaba a romper las ataduras que día a día nos imponen una vida rutinaria de caminos previamente marcados. Sus letras parecían ser cantadas directamente al alma de todos y cada uno de los asistentes, alguno de los cuales se subía por las paredes en arrebatos de pasión (literalmente).

Se iban sucediendo los temas, y  la temperatura de la sala se acercaba a las propias del verano andaluz. La intensidad era tal que incluso alguna de las fans reclamaba “Juanito, un descanso para un canuto”.

Era inevitable, en nuestras mentes aparecían continuamente flashbacks del calor del sur y de la luz de nuestras playas. Juanito nos traía con cada una de sus canciones recuerdos de noches largas, viejos amigos, amores breves, lunas brillantes y veranos llenos de música. Tanto fue la morriña, que apostamos que no somos los únicos que de allí salieron directos a comprar un billete de avión.

Tras ceder el protagonismo a la banda con un tema instrumental, el concierto siguió con una bulería interpretada por Fran. Los temas “Cuando te empecé a querer” y “Eres para mí” dieron paso a su “Niña voladora” momento en el que un mar de móviles hizo su presencia.

No quedo aquí la cosa, “que nos encontramos muy a gusto”. Aun quedaban un par de temas para poner punto y final, “Churrete y ringo” y “Ciego muy ciego”

Cuando el músico se despidió, el ambiente estaba tan caldeado que incapaces de empezar la vuelta a casa el público trasladó la fiesta al smoking área, donde se improvisaron palmeos y se formó más de un corrillo de baile.

En definitiva, una muy buena noche con acento español en el corazón de Edimburgo, donde bajo las antiguas arcadas del George IV Bridge disfrutamos de jamón, y jamón del bueno.

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