17 abril, 2024

Radiohead HMH 2016. Foto: Raymond van Olphen

La presentación de A Moon Shaped Pool fue en Ámsterdam. No es mal plan para un viernes de mayo

Fotografías cedidas por Bullet Ray

No pocas veces el guion de la promoción ha girado en torno a la sorpresa. Todavía con la resaca de las muertes de Lemmy y el Duque Blanco, Radiohead hacía saltar las alarmas a principios de año anunciando gira mundial por los festivales más importantes, y recalcando que la parada en el Primavera Sound sería la fecha elegida para presentar su noveno álbum de estudio. Aún sin nombre por entonces y a falta de pistas por lo que habría que venir, pocos días después del soldout de Barcelona se añadirían una serie de fechas de conciertos que se traducirían en colapso en los portales de venta y en rechinar de dientes en los de reventa. Así que la première de Ámstedam se convirtió en una ocasión excepcional para dar buena cuenta de las claves que están haciendo de A Moon Shaped Pool uno de los discos del año.

Los de Thom Yorke han firmado un catálogo de canciones que bien podría funcionar como resumen de su trayectoria o, como muchos derrotistas se empeñan en ver, como álbum de despedida. Obviando su ambiente intimista y autorreferenciador, esta gira de presentación aspira a ser una continuación de la de The King of the Limbs, un álbum más que cuestionado por la crítica y que resultó ser una auténtica maravilla en directo. No es ninguna sorpresa entonces que Clive Deamer, de Portishead, siga ayudando a Phil Selway a reproducir los beats de los cortes más electrónicos, redondeando así el sonido de una banda que, a falta de la London Contemporary Orchestra, pone a prueba todo al talento que Jonny Greenwood tiene como multi instrumentista.

Pero lo sorprendente es lo poco que le hace falta a Radiohead para traer al directo todo el ambiente sonoro de su último largo. El inicio del show reveló las capacidades para emular las cuerdas a col legno de “Burn the witch”, con un Colin Greenwood especialmente potente al bajo y aupado por las guitarras de su hermano JonnyEd O´Brian.  Un sonido particularmente familiar que traía el recuerdo de la gira de Hail to the Thief y que celebraba, tras cuatro años de ausencia, que los de Abingdon habían vuelto: Radiohead sonaba a Radiohead y seguiría haciéndolo durante las dos horas y media del espectáculo sin más arma que la intuitiva genialidad que los hizo grandes.

Porque además de ser una banda que mejora en directo, lo mágico es que su fuerza es capaz de crear un vínculo especial con el público, que viviría una experiencia tan intensa que dejaría en él cierta sensación de pérdida una vez que se volvieron a encender los focos. El nerviosismo de Thom Yorke cuando afrontó la defensa de cortes tan intimistas como “Daydreaming” se desvanecería con la llegada de “Ful Stop”, que sería el definitivo pistoletazo de salida para  desentumecer los músculos y tras el que aparecerían en escena viejos conocidos. Porque una de las cosas que hace de estos directos una experiencia única es que el setlist se confecciona a imagen y semejanza del humor de Yorke, lo que se traduce en sorpresa según la noche que toque.

Que un show se acerque a los años de In Rainbows dependerá de factores que nos serán totalmente ajenos, haciendo posible que coexistan en un mismo espacio temporal “There there”, “Videotape” o “My iron Lung”, con imprecisiones incluidas. En tal caso y teniendo en cuenta lo impredecible del asunto, es posible que te sorprendas a ti mismo cantando “Creep” en una borrachera de nostalgia tras una soberbia interpretación de “The Numbers” o la delicada “Present tense”. Pero no es el caso que nos ocupa, ya que el repertorio en esta primera cita se ciñó a los impetuosos y vibrantes años de Kid AAmnesiac, estableciendo un puente con la electrónica de “Lotus flower” “Idiotheque”  o “Everything is in its right place”, y relegando a una testimonial interpretación de “Paranoid android” el repaso de OK Computer, el buque insignia.

Así que poniendo en duda que, en los encores, las almas de los presentes no fueran capaces de emocionarse con el crepúsculo inicial de “Bloom” o los arpegios de “Weird fishes”, lo cierto es que el tiempo es tremendamente injusto cuando se trata del disfrute, cosa que a nadie sorprenderá si se ha empeñado en vivir un poco.  Así que, como el tiempo juega en contra, sería justo no darles la razón a aquellos que vaticinan  ésta como su gira de despedida. Merecería la pena acercarse; no sea que nos coja por sorpresa.

Ámsterdam, 20 de mayo de 2016

SETLIST:

Burn the Witch, Daydreaming,  Decks Dark, Desert Island Disk, Ful Stop, Morning Mr. Magpie, There There, The Daily Mail, My Iron Lung, Videotape, Identikit, The Numbers, The Gloaming, Lotus Flower, Everything in Its Right Place, Idioteque, Bodysnatchers.

Encore:

Bloom, Present Tense, Paranoid Android, Tinker Tailor Soldier Sailor Rich Man Poor Man Beggar Man Thief, Weird Fishes/Arpeggi

Encore 2:

You and Whose Army?, Reckoner

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