19 abril, 2024
Quien va a ver a Los Ganglios repite, y después de esto, cuando escuchen una sirena, ya no será lo mismo.

Fotografías por Alejandro de Larriva

“Para los versados y no versados en esta banda de Montijo el concierto fue toda una fiesta de música y humor”

Como era de esperar Xoxé Tétano y sus dos secuaces dejaron a los asistentes de la Sala La Calle extasiados y energizados con una velada memorable. Los Ganglios siguen siendo ese grupo raruno que llegas a disfrutar más que ese grupo favorito tuyo. Son al fin y al cabo creadores de un tipo de música de la que tiras cuando ya estás harto de lo convencional, y esto se debe a que saben cómo divertir y como electrizar tu equipo de sonido y por supuesto, una sala. Con su abanico de géneros musicales y presentando Segunda Escucha, daba la impresión de que el trío de música PORC ya se había hecho con el lugar antes de llegar. Prueba de ello era que con su primer tema, “El Héroe de la Transición”, el público ya estaba entregado. Sigue resultando curioso cómo los asistentes siguen conectados a estas maravillosas travesuras musicales de Los Ganglios, con sus extrañas y rítmicas aventuras y observaciones sui generis hechas canciones. Parece que su llevan por emblema el de no aburrir, lo que explica que sería inexcusable la ausencia de una de las peculiaridades de su directo, la pantalla que Xoxé Tétano usa entre tema y tema para explicarlos, unas explicaciones que uno recibe con cierto alivio, al saber ya por fin de qué va todo aquello.

Entre los temas más bienvenidos estaban el clásico “La Cumbia de Félix y Jacques”, el rock extremeño de “Vivencias Propias”, la electrónica alopécica de “Calvario” y algún que otro tema que no ha aparecido aún en ningún álbum, como “IOEUA”, y revestido de pogo bien destemplado, el punk de “Resquebraja”. Del mismo palo, “Mimetic Motherfucker”. La historia trágica de un amor que no se llegó a hacer también sonó y bien explicada. Nos referimos al díptico de “Al Final” y “Amelie Poulain”. Previa petición de abucheo, “Color de Rosa” pudo marcar el momento álgido del concierto de no ser por el cierre bien cerrado de “El Subiduki”, una parodia de la música Bakala mejor que las canciones Bakalas.

Para los versados y no versados en esta banda de Montijo el concierto fue toda una fiesta de música y humor, pero ante todo lo primero… y lo segundo. Quien va a ver a Los Ganglios repite, y después de esto, cuando escuchen una sirena, ya no será lo mismo.

Divertidos y llenos de ritmos, Los Ganglios siguen teniendo una legión de seguidores listos para dejarse la garganta con extrañas historias hechas música. ¡Queremos más!

Los Ganglios en Sala La Calle

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