29 marzo, 2024
Revisitamos algunos de esos clásicos atemporales que todo buen amante de la música debería haber escuchado al menos una vez en la vida.

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Estos días podemos leer, en multitud de medios, un compendio de lo mejor del año en música, cine, teatro, exposiciones y demás artes. Termina un período de 365 días en nuestra vida llamado 2016 y nos sentimos en la obligación, casi moral, de dejar cierta huella en nuestra retina. La vida pasa, demasiado deprisa cuando los 25 ya son pasado, eso no lo podemos evitar, y queremos hacer cada día más cosas para estrujarla bien. Eso, como todo, tiene sus pros y sus contras. Los pros son de sobra sabidos: experiencias, sensaciones, descubrimientos y alguna que otra lágrima, que de vez en cuando no viene mal. Los contras, en cambio, preferimos no mirarlos. Están ahí, lo sabemos, pero obviarlos parece la mejor solución. O acaso no os habéis percatado de que las cosas cada vez nos calan menos. Ya nada te duele mas de dos días, ya nada te alegra más de unos minutos, pocas canciones las escuchas en bucle como hacíamos antes y las obras de teatro que vemos apenas llegamos a recordarlas bien al día siguiente.

Tan mayores no somos para que nos falle la memoria así. Y no, no es eso, es simplemente que tenemos muchas cosas que hacer y que descubrir y nuestra mente se prepara para ello deshaciéndose rápido de lo vivido. El último en llegar es el que primero que se va. Por eso las recopilaciones anuales, para volver a recordar lo que en un momento fugaz nos hizo disfrutar y que al momento siguiente casi olvidamos completamente.

Algo en toda esta palabrería esta mal, eso está claro. Algo no estamos haciendo bien si no podemos disfrutar como antaño de un tema, una pintura, una interpretación que te eriza la piel, un párrafo de un libro que te cala tan profundo que te lo aprendes de memoria. A nosotros, los de 8pistas, nos tira la música y hemos recopilado algunos de esos temas que no paraban de sonar en nuestros discman, cassettes o cadenas de música, quizás para recordar que hubo un tiempo en el que una canción podía cambiarte el ánimo instantáneamente, ayudarte a tomar una decisión difícil, expresar lo que no podías decir con palabras, arroparte y separarte de lo que no te gustaba a tu alrededor. Ese tiempo no va a volver, habrá que crear uno nuevo, pero quizás algunos de los valores de antes deberán ser rescatados para ello.

«El Ángel Simón«, Nacho Vegas, Actos inexplicables (2001) (Elena Gato)

Es muy difícil escuchar la elegía del asturiano sin que algo haga crack. No importa las veces que vuelvas a darle al play a sus ocho minutos de duración. El Ángel Simón es una canción dura sin estribillo que reflexiona sobre el miedo, la pérdida y el recuerdo. Una carta escrita a su padre fallecido, ausente incluso antes de la expirar. En su melodía, cellos y contrabajo proporcionan el lecho lírico perfecto para este relato cruel de una muerte anunciada. Formalidad, poca pero que dure.

“Everything is in its Right Place”.  RadioheadKid A (2000).  (Iván Kalifornia)

No tuvieron reparos en darle la espalda a las disputas de los Gallagher y escaparon definitivamente de las fauces del britpop justo en el momento en que Nigel Godrich se puso a los mandos de OK Computer, su consagración. Pero desde entonces, y hasta ahora, han estado condenados a comenzar sus trabajos con momentos tan reveladores como este que abría Kid A, su cuarto largo. Ya nada volvería a ser como antes.

“Because the Night”.  Patti SmithEaster (1978). (Esperanzamar)

¡¡¡Forever Patti Smith!!!, nos enseñó a las chicas que podíamos estar a la misma altura que cualquier ídolo del rock and punk sin tener que prostituirnos. Este tema de uno de sus albunes más comerciales fue coescrito junto a Bruce Springtenn. Hacen falta más Patti Smith.

«Sinnerman«, Nina Simone, Pastel Blues (Live 1965) (Dr. Charles)

Esta grabación en directo es una de esas raras maravillas que hace la humanidad y que me devuelven su fe en ella cuando casi ha desaparecido por completo. Esta canción espiritual clásica estadounidense ha sido grabada por multitud de artistas pero la versión de Nina Simone es sin duda algo excepcional. Si a eso le unimos la mítica escena de The Thomas Crown Affair con Pierce Brosnan vestido como el «hombre de negocios sin cara» llegamos a un tremendo climax. 10 minutos para escuchar en bucle.

«To Know Someone Deeply is to Know Someone Soflty», Terence Trent D’arby, Neither Fish Nor Flesh (1989)  (Antonio Jesús Reyes)

El álbum del que sale tiene de todo; ritmo, osadía, ambición… y soul perfecto con voz perfecta, con elegancia y con estilo, un adiós a los 80 y un tortazo a los que ningunean a esta década. Ya lo dice la canción, «listen to me now».

“Think of Me”, Andrew Lloyd Webber, “El Fantasma de la Ópera” (1986) (Jesús Calderón)

Cantada originalmente por Sarah Brightman, esta canción a caballo entre la balada y la ópera, es uno de los temas que más han calado en el subconsciente colectivo en las últimas décadas. Tiene la particularidad de funcionar igual de bien sacándola del contexto del aclamado musical; una de las razones por las que ha sido versionada cientos de veces.

«Best of you», Foo Fighters, In your honor (2005) (Marina Benítez)

Esta canción, que va ya camino de la mayoría de edad, es un reguero de emociones cuando Dave Grohl (baterista del mítico grupo Nirvana) se deja la garganta en el escenario. Pero las sensaciones se multiplican si escuchamos este directo. Así que esperamos vivir algo mínimamante parecido en este 2017 que entra, disfrutando de su actuación en el Mad Cool. 

‘What’s so funny ‘bout peace, love and understanding?’, Nick Lowe, Untouched takeaways (2004) (David Pérez)

Por su cadencia, fraseo y porque va más allá de donde quiso ir… Y sí, porque la cantó en mi último concierto del año y es perfecta para desearos unas buenas fiestas y un gran 2017

«Hotel California», The Eagles, Hotel California (1977) (Marta Espinosa)

En el mundo musical actual en el que vivimos, gran parte de la composición de letras se basa generalmente en transmitir lo enamorado que está uno o la necesidad que siente hacia alguien, buscando que el mayor número de gente posible se sienta identificado con el tema. Por eso Hotel California es mi clásico atemporal favorito, porque se escuche en la época que se escuche su letra no suele dejar indiferente.

Nació en un momento en el que los Bee Gees y ABBA estaban en alza y fue incluso tachada de satánica, sin embargo su historia parece más una gran metáfora sobre abandonar una adicción, por mucho que la hayas superado nunca dejarás de pensar en ello del todo.

“The Whistle Song”Frankie Knuckles, Beyond the Mix (1991) (Mario López)

Porque todo lo que cuente o diga sobre estos años no es más que nostalgia por algo que no he podido vivir. Queda entonces la satisfacción de la investigación de un género tan cambiante como es la electrónica (casi nada). No hay nadie que no sea capaz de reproducir el mítico silbido en su cabeza. De uno de los considerados padres del House, Frankie Knuckles.

«Stuck in a moment you can’t get out of«, U2, All that you can´t leave behind (2000) (Cristina Baquerizo)

Mi padre me educó entre canciones de The Beatles, Bruce Springteen, SuperTramp… pero ninguno me marcó tanto como U2, ni, mucho menos, como esta canción. Y tengo un videoclip perfecto para ella, por si quieren repetirlo (jeje).

«Stairway to Heaven«, Led Zeppelin, Led Zeppelin IV (1971) (Eva Bernal)

A pesar de ser archiconocido, cada vez que lo oyes es como si fuera la primera vez. Incluye a la vez  dulzura y belleza minimalista  al inicio y toda la fuerza del rock de calidad al final. Una obra maestra que ha dado lugar a versiones tan maravillosas como la que interpretó Heart en los premios Kennedy Center Honors de Washington D.C. en 2012. Un reconocimiento a su contribución en la cultura americana.

«An Ocean between the Waves«, The War on Drugs, Lost in the Dream (2014) (Augusto Robles)

Algo más de 7 minutos de sensibilidad. Cristalina, suave, en espera de algo que está por pasar, un crescendo que deseas que nunca se acabe. Función “Reproducir de nuevo” ON.

«Ziggy Stardust», David Bowie, The Rise and Fall of Ziggy Stardust and the Spiders from Mars (1972) (Juan Antonio Gámez)

Un riff fantástico y el resumen perfecto de lo que significa una banda de rock: egos, odios y adoración incondicional de fans

«No te he visto nunca», La Buena Vida, Vidania (2006) (Rafa Marchena)

Creo que ya es hora de considerar atemporal a un grupo como La Buena vida, pocos han plasmado el amor como ellos. Y nunca es bueno rescatar las «clásicas» sino las «sorprendentes». Emocionante final instrumental

‘New Skin», Incubus, S.C.I.E.N.C.E. (1997) (Rafa Ordoñez)

Poco se puede decir de este tema, incluido en el enorme S.C.I.E.N.C.E., después todos intentaron alcanzarlos.

“Ballad of a Thin Man», Bob Dylan, Highway 61 Revisited (1965)  (Antonio Manuel Arispón)

El homenaje a Dylan, que dignificó al Nobel (cantado, con guitarra eléctrica), era inevitable. Buen ejemplo de esa poesía torrencial del maestro del caos es esta canción, enigmática y sórdida, cruda.

 «Comfortably Numb», Pink Floyd, The Wall (1979) (Le Petit Patte)

Para mí, quizás la mejor canción de la historia. Con unos Waters y Gilmour en estado de gracia creativo y una lucha interna, la pareja firmó una obra maestra. Pelos de punta en el solo de guitarra.

La Revolución Sexual”, La casa azul, La Revolución Sexual (2007) (Valeria Navarro)

Una canción que me vuelve loca y que me hace bailar de manera incontrolable es sin duda: “La Revolución Sexual” de la Casa Azul. Para mí es uno de esos temas que no importa cuando o donde suene, siempre siempre, me sacará a bailar y me dará el chute de energía que tanto necesito. Un súper hit atemporal que acierta sin importar el paso del tiempo.

«Pregueró», Sergio Dalma, Todo Vía Dalma (2012) (Irene Sánchez)

Versión en italiano del clásico Stand by me, porque en italiano y con una voz rasgada, como lo hace Sergio Dalma, a mí me suena mucho mejor.

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