26 abril, 2024
Julian Lage es un músico extraordinario. Versátil, sobrado de técnica, radiante de sensibilidad y con una muy distinguida personalidad

Fotografía por Stereojazz

Fotografía por Stereojazz

Un teatro lleno en un día entre semana para un concierto de jazz es señal del estado de buena salud cultural de una ciudad que cada día se enriquece aún más en este aspecto. Esta fue la respuesta al concierto de Julian Lage  en el Teatro Lope de Vega. El ciclo de jazz albergaba en esta ocasión al trío liderado por el joven guitarrista californiano, uno de los  principales punteros en la escena actual, señalado como el relevo natural de la primera división de la guitarra en el jazz, acompañado del contrabajista Jorge Roeder y Dave King en batería. El resultado: un éxito incontestable.  

Julian Lage es un músico extraordinario. Versátil, sobrado de técnica, radiante de sensibilidad y con una muy distinguida personalidad; eso que es lo más importante en un instrumentista, un sonido propio: que sólo con escucharlo un par de compases sea posible identificarle. Julian Lage lo tiene. Además de esa calidez y esa delicadeza con la que aborda cada canción, pero desde la que se puede transportar a pasajes casi rockeros, dotando el espectáculo de un hermoso dinamismo. 

Y es que Lage es un músico de jazz un tanto atípico (¿un músico de jazz?). Sale a tocar con su Telecaster y abre la noche adentrándose en el clásico de Gram Parsons, Love Hurts, lo que resulta ser toda una declaración de intenciones. Podríamos hablar de Julian Lage como un guitarrista total. O un virtuoso guitarrista de rock que tras revisar su folk patrio hubiera evolucionado hasta vestirlo con traje jazzístico. O todo lo contrario. Porque estamos ante un guitarrista de jazz que no se escapa por inescrutables armonías. Apenas, incluso, cuando se trata de standards 

Julian Lage toca una guitarra que canta. Una guitarra tatuada con los arañazos del siglo pasado y bañada en el polvo de las carreteras de su país. Se mueve en los sonidos de los años 40 y 50, en el folk, en el rock… con un depurado sonido contemporáneo. Así, un concierto suyo acaba convertido en un excelente tratado de lo que es la guitarra americana. Sin caer en el catálogo de exhibición, Lage presenta un auténtico ensayo de la tradición musical estadounidense desde el acento de la crema californiana y la óptica jazzy. Redondo. Sencillo, pero poderoso. Auténtico a la vez que añejo. La herencia que se renueva. 

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