20 abril, 2024
¡Ya contamos los días para que la nave Interestelar vuelva a aterrizar en Sevilla, y nos embarquemos en la misión de 2019!

INTERESTELAR Viernes

Redacción: Carlos Cubiles

El día se tornaba gris, algunas gotas presagiaban lo peor. Este festival está gafao decían ya las malas lenguas por las redes sociales. Pero frente a cualquier tormenta están las ganas de divertirse del ser humano, las ganas de música, de cultura, de alternar con amigos mientras disfrutamos de aquello que hace nuestra vida más plena.

Cuando entramos nos sorprende un poco lo recogido que está todo. Acostumbrados al sitio se nos vienen las cosas un poco encima por el poco espacio que hay entre ellas, entendiendo siempre que no es que estén pegadas ni mucho menos. Pero todo es en post de la comodidad del consumidor. Barras infinitas que no se libran de sus 15-20 minutitos de espera si quieres tomarte algo. Una zona VIP adecuada con acceso privilegiado al escenario, con menos barra y casi igual de esperas, con zonas para sentarse y relajarse.

Estamos a viernes y la cosa se va llenando poco a poco, como en las mejores fiestas. La gran carpa que se ha puesto precisamente para protegernos de estos pequeños chubascos que se prevén está cumpliendo perfectamente su función. Aunque un poco lejos del escenario principal al menos podemos disfrutar de la música por encima del griterío de conversaciones por doquier.

La tarde para nosotros comienza con Elefantes. Ha empezado la lluvia pero los chubasqueros del chino y los paraguas improvisados hacen de parapeto perfecto para disfrutar de un concierto de estos catalanes. Al oírlos desde lejos no llegamos a meternos del todo en el concierto, pero se agradece mucho que ellos hayan puesto todo de su parte. Sí señor, nos quitamos el sombrero.

El “buen rollo” que desprende Carlos Sadness es contagioso, por eso quizás es de los pocos que han repetido en el festival dos años consecutivos. Los bailes se suceden por doquier, las risas se contagian, la lluvia cesa y los pelos se mecen al viento fresco de una tarde que se retira sin prisa pero sin pausa.

Esta claro que una de las atracciones del día era Juanito Makande y no ha defraudado en lo más mínimo. Un sonido limpio, un buen feedback con la platea, un corazón que se respiraba en el aire. Una frase con las que quedarnos: “Hay que pelear menos y follar más” justo antes de “Kamikaze”.

El desparpajo no deja entrever ni un ápice de condescendencia. Las tablas no vislumbran el más mínimo temor, y arremete con “échale papas” como si fuera doctrina a seguir en el día a día.

“hijo a mí me da igual lo que seas en la vida, fontanero, informático, futbolista, mi misión en la vida es que tú seas buena gente”. Así comienza “La llave”. Y, como colofón a un tremendo concierto  “Eres para mí”. Sin palabras, yo no podría haber pedido más.

Uno va a un festival por dos motivos principalmente, sobre todo si nos fijamos sólo en el apartado musical. Uno es para ver a tus artistas favoritos, normalmente los cabezas de cartel, por un módico precio. Por otro lado está el descubrir grupos nuevos a los que quizás los habías escuchado en alguna ocasión, la radio, teloneros, o lo que sea, y te habías quedado con las ganas de más. Pues este segundo caso es el que yo perseguía por ejemplo con The grooves. Este grupo de Madrid, compuesto íntegramente por chicas, acaba de presentar su nuevo disco íntegramente en español,  el anterior era en inglés, y es de esos directos que dices voy a pasarme para ver como suenan y sin saber por qué te quedas y disfrutas como un niño chico. Que sinceridad sobre el escenario, que buena energía desprenden y que sensaciones al recibir todo ese torrente de buen rock desgarrado. Simplemente me han encantado. De seguro les seguiré la pista.

Cuando llega el turno de Niños mutantes no sólo desde Granada traen a su legión de fans, sino que aquí se han juntado de toda la geografía española. Corean sus canciones, gritan sus gritos, viven sus gestos, alaban sus posturas, puro deleite. Comienzan con “Invierno” y “Náufragos” para en apenas hora y pico pegarle un buen repaso a lo más destacado de su discografía con “Sin pensar”, “Jovencita”  y “No puedo más contigo”.

Como frase lapidaria a su actuación: Nosotros somos mutantes, nosotros somoserrantes”.

Apenas tenemos que andar unos metros para percatarnos de que a pesar de estar pegados, el sonido de los contundentes Sexy Zebras no se pisa en ningún momento con los de los Niños Mutantes y eso que los equinos hacen todo lo posible para que así sea. Por ejemplo, el directo de “El Semental” es capaz de levantar a un muerto y sin pellizcarle siquiera. Y ya si hablamos de “La Flaca” ni te cuento.

Pero sin duda uno de los puntos más álgidos de la noche no ocurrió en los escenarios principales, sino en una pequeña carpa que estaba al fondo de la zona de comidas. La Sala Obvio había colocado allí a lo más granado de sus DJs residentes e invitados, y por supuesto, nosotros no nos lo podíamos perder. Cuando llegamos Serch ocupaba la mesa mientras La Rubia Pincha se iba preparando entre bambalinas. Vamos tomando posiciones y preparándonos para que el movimiento se haga cuerpo y risas mientras empieza a sonar “Copacabana” de Izal cuando La Rubia toma los mandos.

Desconexión sin pretensión. Sonido mimado para hacer latir nuestros corazones solo con saltos y botes. Sensación de desasosiego cuando el silencio inundaba la carpa, de nerviosismo expectante, de alegría contenida previa a la expansión desde dentro. La Rubia nos maneja a su antojo y el tiempo pasa sin darnos cuenta y nos acerca inexorable a la despedida de esta noche.

Sidecars se desvirga  en el Interestelar de Sevilla con “Fan de ti”. Estos chicos muy del estilo de los mutantes, muy carne de festival, de sonido a banda de carretera, de pose medidamente no cuidada, de letras sinceras y globales, de sonidos más que de palabras, de vibraciones más que de sensaciones nos regalan un gran concierto nacido del agradecimiento.

Para terminar la noche por todo lo alto nada mejor que “Manos en el aire” y “Me queo en mi casa” de SFDK. Un primer día divertido como el que más, lleno de buen rollo y con la sensación de haber pasado una gran noche entre amigos y buena música. De momento, ningún pero que ponerle a este festival que año tras año nos sorprende, siempre para mejor.

 

INTERESTELAR Sábado

Redacción: Jesús Calderón

La protagonista de la jornada del sábado en el Interestelar fue sin duda la lluvia, que estuvo presente en mayor o menor intensidad durante casi toda la tarde.

Aunque esto no impidió que los fans más acérrimos de El Kanka o de Kiko Veneno desafiaran a la tormenta coreando los temas más míticos de ambos artistas delante del escenario pertrechados con paraguas, chubasqueros, o bolsas del supermercado en la cabeza.

Los rayos iluminaban de vez en cuando el cielo presagiando un diluvio, pero afortunadamente la sangre no llegó al rio. La organización había instalado una enorme carpa, donde se agolpaba la mayoría de los asistentes a la espera del buen tiempo, aunque fue a todas luces, una medida insuficiente.

Mientras, Dr. Música Ismael iba calentando la tarde con una de sus inimitables sesiones de música atemporal para todas las edades en la Carpa Obbio, uno de nuestros refugios favoritos del festival.

Coque Malla tampoco defraudó, regalándonos un show lleno de canciones que nos sabemos todos, y que nos transportan a nuestro pasado.

Los sevillanos Full demostraron jugando en casa que esto de la fama no les viene grande, con un sonido potente y canciones muy directas, tuvieron ocasión de ser profetas en su tierra, igual que hicieron más tarde El Imperio del Perro, la última banda hispalense que ha triunfado más allá de nuestra ciudad. Rock contundente del siglo XXI con originales arreglos y áridas letras.

El plato fuerte llegó como un huracán. Los granadinos Lori Meyers eran apuesta segura de espectáculo, y protagonizaron los momentos más épicos de la tarde haciendo cantar a pleno pulmón a las miles de personas que nos agolpábamos enfrente de un escenario lleno de leds y proyecciones. “Emborracharme”, “El Tiempo Pasará” o el colofón de “Mi Realidad”, dejaron bien claro que se encuentran en su mejor momento.

Los valientes que se quedaron hasta el final, pudieron ver el directo de los barceloneses Dorian, que ya han triunfado también al otro lado del charco, y que también acumulan un buen puñado de himnos a medio camino entre el indie rock y la electrónica.

Como fin de fiesta, el show popurrí de Nancys Rubias liderado por Mario Vaquerizo, puso a bailar a los que aún tenían ganas de exprimir el Interestelar.

En definitiva, una jornada de lo más variada para todos los gustos. Prácticamente imposible acudir a todos los conciertos, como en cualquier festival; pero ahí también reside el encanto: cada uno lo vive de manera diferente.

¡Ya contamos los días para que la nave Interestelar vuelva a aterrizar en Sevilla, y nos embarquemos en la misión de 2019!

Interestelar 2018

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