26 abril, 2024
Último día de este festival jiennense. Con algo menos de calor Lito, Suzzete, Chino, The Blind Lemons y Cosmosoul son los encargados de encender una tarde que desearíamos nunca acabase.

13:00 Lito & Suzzete Moncrief

Es la segunda voz blusera femenina que escuchamos en esta edición. Ni mucho menos tan extremadamente potente como la de Janiva, pero llena a reventar de buen soul blusero la Plaza Gambrinus.

Sola con Lito, su guitarra nos da un paseo por el blues de New Orleans, por sus calles repletas de músicos callejeros, por su carácter y espíritu tradicional, casi místico. Nos da un paseo por sus clubs nocturnos llenos de luces de neón, cigarrillos y humo.

Suzzete viene de la sociedad de blues de Málaga. Por su pinta nadie lo diría, pero tiene un acentazo andaluz que nos deja a todos con la boca abierta.

Con versiones por todos conocidas, Rolling incluidos, y con una considerable complicidad entre ambos, consiguen transmitir buen rollito en esta tarde no tan calurosa como la que sufrimos ayer. Al menos corre una brisita que se agradece sobremanera. Posteriormente los veremos con la Blues Band al completo, esto sólo es un precalentamiento.

La actuación está llena a guiños propios y de extraños y la gente se divierte en el comienzo del último día del festival.

14:00 Chino y The Big Bet

Con claras influencias a Robert Johnson, el dobro, contrabajo y plaquetas se hacen con el escenario. Son los arquetipos del blues canalla, el de cigarrito en la oreja, gomina y sombrero negro. El de camiseta roja clásica o la negra con lunares blancos.

Fueron el segundo premio en el European Blues Challenger. Un certamen lleno de muy buenos grupos y que ciertamente ha sido un gran empujón a su carrera. Ahora como que se los mira de otra forma.

Su estilo el de los años 40 de Chicago, cerca del Rock&Roll y el Rhythm&Blues. Puristas, de líneas rectas y pulcras. Tocan muchos palos y el swing de los años 20 llega con “Bad Boy Blues”, tema propio que hace bailar a toda la gente en la plaza mientras los sprays de agua refrescan el ambiente, en la medida de lo posible, claro.

Terminan con un “When you´re smiling” más cercano al de Louis Prima que al de Frank o al de Louis. La plaza repleta, un buen rollito que se respira en el ambiente. La gente entusiasmada con su sonido no para de bailar. La cerveza corre por las gargantas y el agua nos empapa la piel.

Un sonido genial, el que tienen estos chicos en directo. Os recomendamos que al igual que nosotros le sigáis la pista, porque en vivo son divertidísimos.

15:30 The Blind Lemons

Este grupo madrileño nos trae el blues de New Orleans de nuevo. Pero en este caso en la vertiente de pistolas y escopetas. En el escenario teclado (M. Á. «Johannes» Martínez), guitarra (Goyo Web), bajo (Marino Orejana), batería (Alfonso Gómez) y un cantante (David García) de risa contagiosa y lengua viperina.

 Un sol justiciero sólo puede ser aplacado a estas horas por auténticos cubos de agua. Los puntos cómicos no tardan en llegar y frases como:

“Este tema quiere decir algo así como, sí, estas llamando a la puerta pero te va a abrir tu puta madre”.

Temas así demuestran un par de cosas, en primer lugar que han venido a divertirse y a que nos divirtamos, y en segundo lugar que son capaces de mezclar sin despeinarse un blues clásico de la escuela de Chicago y alusiones a Muddy Waters, Little Walter u Otis Rush con el blues funkero de New Orleans al más puro estilo Allen Toussaint.

Este año sorprende que, salvo un pequeño acople en el inicio de la actuación anterior rápidamente subsanado, el sonido está muy cuidado. Sorprende no porque los técnicos sean malos, ni mucho menos, sino porque comprendemos la dificultad que entraña adecuar los instrumentos y el sonido para tres agrupaciones distintas en un mismo escenario cada día.

Los altos, los graves, la reverberación, todo eso y mucho más hay que tener en cuenta no sólo para un grupo sino para tres. Un aplauso a los técnicos desde aquí, PLAS PLAS.

Los temas lentos resultan farrangosos, calurosos, lo que los hace aún más intensos en esta plaza. Parece como si las teclas del piano se estuvieran derritiendo, como si las cuerdas de la guitarra chillaran al tacto, como si la voz de David subiera la temperatura con su llanto roto.

Los parafraseos entre armónica y guitarra son quejidos de ojos cerrados y gargantas sedientas. La plaza llena aguanta un silencio contenido, un escalofrío de sudor, un pensamiento ensoñador.  ¡¡UNA CERVEZA POR FAVOR!!

David es un showman en toda regla. Con sus comentarios, su excepcional presentación de la banda y sus risas tiene a la gente con un buen subidón. De repente, se arrancan grupos de personas con recomendaciones musicales espontáneas. El ambiente es contagioso y divertido.

No queremos que se acabe, pero son más de las 5 y en nada comienzan los conciertos de la tarde.

19:00 Cosmosoul

Al final no llegamos a ver a Pepe Delgado & Blues Reunión. Después de terminar a las 5 e irnos a ducharnos y comer un poco, ha sido virtualmente imposible llegar. Bueno, al menos conseguimos estar aquí para Cosmosoul.

El soul más tierno, sincero y lleno de los matices de la voz de Alana Sinkëy llega a Cazorla para abrirse hueco entre los corazones de los presentes. Y parece que la cosa va bien cuando en el segundo tema se ven los primeros contoneos de caderas, ojos cerrados, palmas al compás y sensualidad, mucha sensualidad.

Se propaga por el ambiente como un sutil perfume, como una fragancia veraniega llena de matices florados. Perdón, se nos ha ido un poco la vena cursi. Presentan su primer y único disco de momento, en el que reconocen haber tenido claras influencias del blues, y es que el buen soul no debe venir de otra parte.

HeartBeat” nos impresiona por dejarnos paladear un sinfín de entonaciones en la voz de Alana. Una voz poderosa pero medida, creativa pero clásica a la vez, cálida pero fresca, con fuerza pero sumisa, llena de soul, de heart, de love, de music.

Cosmosoul son Alana Sinkëy –voz-, Abel Calzetta –guitarra-, Sergio Salvi –piano, Hammond-, Manuel Sanz –bajo- y Akin Onansaya –batería-.

Desde luego esta banda hace honor a los miles de seguidores que les persiguen allá dondequiera que van. Sí que es cierto que es de nuevo cuño, como aquel que dice, que quizás no tengan los años de bagaje como banda que se le presupone a un grupo para terminar de acoplarse, de coger profundidad. Pero los años no cuentan nada si no se tiene una verdadera sensibilidad musical. Un camino directo y sincero para transmitir lo que sientes, y esta banda lo tiene, y bien grande.

No hay más que ver al auditorio bailando con “Nada de mal”.

Además del repaso a su disco hay espacio para unos temas que no vienen en ese trabajo. No sabemos si lo harán en uno futuro o son versiones de algunas canciones que les haya gustado. La procedencia africana, marroquí o portuguesa hace muy difícil que nosotros consigamos averiguar si son temas suyos o no.

Sin embargo es precioso, por ejemplo,  un canto a la madre tierra se convierte en un medio tiempo que deja al gentío sin palabras. He creído oír trinar a un pájaro mientras cantaba, para que os hagáis una idea del silencio que se ha creado.

El silencio ha sido un gesto inconsciente de un sentimiento comunitario, de un sentir personal y plural al mismo tiempo, una punzada en el corazón que se transmite a través de notas musicales.

Se atreven incluso a un canto a la felicidad con una bossa que hace bailar al personal con una amplia sonrisa en el rostro. “Lony tuba” que quiere decir: “todos nos podemos entender independientemente del lenguaje que utilicemos”. Un tema con ritmos nigerianos, marroquíes y nazarís.

El gentío pide otra a gritos y al unísono, pero esto es lo que hay señores, hay que llevar un horario. El claro ejemplo del calado que ha tenido este grupo para los presentes es la cola que se ha formado nada más terminar el concierto para comprar uno de sus discos firmados.

Sinceramente, de lo mejorcito del festival, y eso que no hablamos de Blues.

20:00 Comienza la Lito Blues Band

Con la tremenda voz de Suzzete se presentan con un tema de su primer disco. Una de esas entradas que nos devuelven al blues de Luisiana, lenta, oscura y llena de notas eternas y rasgadas.

Esto no tiene nada que ver con el acústico que vimos al mediodía. Esto es otra historia, repleta de sonidos que inundan el aire, de acordes que relían los pensamientos, de blues que llena nuestra alma. Cuando los instrumentos tienen diálogos, cuando los escuchas hablar entre susurros con palabras poderosas y gritos sordos, es cuando dices, ¡¡vaya!! ¡¡Esto sí que es lo mío!!

Cuando llega la hora de “The blues is my business” de Etta James aparece el rockblues sacado de la chistera para mover al personal.

Pero en esta actuación hay cabida para todo y el shuffel de “You´re my strongest weakness” nos advierte que este grupo tiene cuerda para rato.

Estos temas moviditos quedan mejor en escenarios pequeños como este y no en grandes plazas, donde se pierde un poco la conexión con el tema. El gusto por bailar bien “arrejuntaditos” hace de este escenario el lugar perfecto para el desenfreno y las ganas de disfrutar.

Como carta de despedida el clásico blues de Chicago, ese con estructura “pregunta, pregunta, respuesta”.

Una actuación tremenda la de Lito, como no podía ser menos. 

Todas las fotos por EsperanzaMar

Crónicas de los otros días:

Jueves Parte 1 y Parte 2

Viernes tarde

Viernes noche

Sábado noche

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