18 abril, 2024
Dos noches seguidas, con todas las localidades vendidas es el merecido galardón de Sevilla al señor Javier Krahe en la nueva sala que por nombre lleva… La Sala.

Fotografías Juan Antonio Gámez

Dos noches seguidas, con todas las localidades vendidas es el merecido galardón de Sevilla al señor Javier Krahe en la nueva sala que por nombre lleva… La Sala.

En este lugar, en la reivindicativa y social plaza del Pumajero, donde se encuentra este local antonomástico, se iban a celebrar dos citas con un cariz atractivo, y triste; Javier Krahe presentaba Las Diez Últimas. Se nos retira el madrileño, iban diciendo por la red de redes. Desde 1980 con Valle de Lágrimas, y por la afluencia de público, parece que Krahe no pierde fuelle. ¿Sería posible una retirada tan así?

A la hora indicada, pero algo más tarde, Javier Krahe apareció con un trío de músicos a la voz propia, allá al fondo, en el escenario, con sus últimas, y con las que se han convertido en las de siempre, pero que no llegan a hastiar al amante de la música y los versos bien forjados, de hecho, por allí pululaban musicófilos que asistían en esta segunda cita. La primera de las canciones fue “Como Ulises”, una gran tarjeta presentación para aquellos que siendo amantes de Homero, tengan una tendencia a ver el mundo desde una perspectiva crítica, socarrona y cínica. Krahe demuestra que está más allá de Mandrágoras, de Brassens, y de cristos bien doraditos al horno. Su música exige atención en cada uno de sus renglones, y un gran premio en forma de contenido y rima al final de ellos. Como prueba, las risas, las sonrisas, y más de un pensamiento más profundo de lo que uno se esperaba, acerca de lo humano, de lo divino, y del vino, también. Krahe sabe trivializar cualquier tema, como prueba está “Fuera de la Grey”, que quizá (y sin quizá) llegue tarde para más de uno, más aún teniendo en cuenta la proximidad desde allí mismo, de la basílica de Santa María de la Esperanza Macarena. Un nuevo clásico que Krahe del que prescindió en alguna cita sevillana no faltó; “No Todo va a ser Follar” hizo que el local, aún más, pareciera uno de esos lugares underground y distinguido, de esos a los que siempre hemos querido ir. De hecho, es la mejor definición de la Sala. Nuevos temas como “Mariví” o la pseudohamletiana “Cuando Desperté” indican la altura que tienen Las Diez Últimas; un disfrute para los oídos y la inteligencia.

Claro que no nos pudimos resistir a charlar con el cantautor que hace de lo cotidiano un hecho profundo, y de la profundidad una cotidianeidad, para, al fin y al cabo, reírse de todo. Tras despachar bien despachados a sus fans con fotos y dedicando discos con un autógrafo y un dibujo, Krahe se sentó a hablar de su dueto con Pablo Iglesias en la Sala Galileo, y nos contó cómo surgió todo. Fue a continuación de la aparición de Krahe en La Tuerka, y a petición del propio Iglesias. “La cosa”, nos contaba Krahe, “fue que hacía veintisiete años que no la cantaba en directo”. Este satírico himno a las promesas incumplidas de la clase política, no sonó en La Sala… ¿quizá en el próximo? La que sí sonó fue “Agua de la Fuente”, la preferida de Krahe, nos decía, de su último álbum, un tema de un lirismo poco oído en su voz. Evidentemente, le tuvimos que preguntar acerca de aquellos rumores de retirada; “¿Tú ves que yo me haya retirado?”… Las Diez Últimas se refiere, por un lado al Tute, y por otro, a las diez últimas que Krahe ha publicado, con el sentido de novedad, no de fin.

Mientras otros caen en desgracia por el miedo escénico, Krahe exhibe insolencia y frescura. ¿Tú ves que se haya retirado? Pues eso.

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