28 marzo, 2024
El pasado 20 de Septiembre ANAUT presentó su disco 140 en la Sala Tempo Club de Madrid. Entre melodías dulces de rhytm& blues y temas más rockeros se nos pasó el tiempo volando, deseando que no acabara nunca aquella noche mágica de buena música.

El pasado 20 de Septiembre ANAUT presentó su disco 140 en la Sala Tempo Club de Madrid. Entre melodías dulces de rhytm& blues y temas más rockeros se nos pasó el tiempo volando, deseando que no acabara nunca aquella noche mágica de buena música.

Cuando uno se encuentra con amistades por sorpresa antes de empezar el concierto, a las que atribuyes cierto criterio musical, y la cola para entrar es importante esto puede ser un gran indicio de que lo que nos espera esta noche no es cualquier concierto.

Con una sala abarrotada, puede que por la publicidad dada en ciertos medios y el boca a boca, pero sobre todo por un buen trabajo realizado como es el cd que vienen a presentar, arranca Alberto Anaut (líder de la banda Anaut). Con esa portentosa voz que recuerda a un canto de la época dorada del género o más recientemente a artistas como Eli Paperboy, salvando las diferencias, por supuesto.

Comienza  con  fuerza arrastrándonos a la época de ese soul volcado en los inicios del rock& roll donde los instrumentos tienen la misma importancia (destacando sobre todo las guitarras) y espacio que la voz. Al igual que en el disco comienza con “Phony Money”, tema que va creciendo  a medida que avanza y que el ritmo marcado de la batería te obliga a moverte del sitio quieras o no.

Continua con “Dont Cross” donde las guitarras cobran más protagonismo sobre todo en la parte central (insignia de la gran mayoría de sus temas) y nos recuerda a ese rock sensual y sucio sobre todo en la base de “I just want to make love to u”. Cabe señalar siempre el buen sonido de esta sala.

Esta vez no está la banda al completo, solo Gabri Casanova a los teclados, Alfonso Ferrer al bajo y Diego Hernando a la batería con solo 3 ensayos, tal y como indica Alberto, pero no porque esto quede patente en ningún momento. Después de los agradecimientos continúan con “Fight Back” donde el ambiente se relaja y el tempo lento con una voz más emotiva, si cabe, van marcando el compás. De temas más propios del rhytm& blues o de aquel rock gamberro  pasamos a un tema soul clásico que hace que caigamos rendidos cuando lo que se nos presenta tiene semejante calidad.

 Nos regala su tema más antiguo “Learning how to live alone”. Continuando el ambiente predominante de la anterior canción pero con una voz más rasgada en su inicio. Nos transmite la añoranza y serenidad acusada en este tipo de estilos haciéndolo con el talento necesario para estar a la altura. Si algo tienen en común sus temas de esta noche, como he señalado anteriormente, son la importancia de la voz, pero sobre todo, de las guitarras que suelen marcar la mitad de la mayoría de sus temas, demostrando que no es la voz  lo único que controla de sobra.

Jump on” nos sirve de hilo conductor. Un tema que continúa con el insinuante sonido y que nos parece perfecto para disfrutar de un buen viernes como este.

Acto seguido una pieza no incluida en el disco y dedicada al hijo de un trompetista, “I love the way you lie”. No sirve para volver a ese ambiente animado con el que habíamos iniciado la noche y que tanto ha gustado.

Uno de los momentos señalados de la noche es cuando un pequeño grupo empieza a gritar “cumpleaños feliz” y, tras preguntar quién cumple años, salen nada menos que 5 personas. Con total sencillez y adaptación a la situación se marca una versión del cumpleaños feliz propia y nada desentonada con lo anteriormente escuchado, con mucho de eso que llaman “Groove” y que da pie a la siguiente canción, de mismo nombre. Tema instrumental no incluido en el disco pero un perfecto broche para fusionar el talento de estos 4 músicos. Es el tema más cañero de la noche donde el solo final de la batería remata lo que venía apuntando alto desde su inicio.

Sube al escenario Joan Terol para tocar la pandereta, al igual que lo hizo en la versión del “Cumpleaños feliz” para dar paso a “Blas”, canción dedicada a un dogo. El tema con más tintes country, presente en alguna de sus canciones pero donde aquí queda más patente.

Nos vamos acercando al supuesto final, como bien indica Alberto con el tema “Fast no Fast” , un tema bastante necesario en estos días donde la importancia de mirar hacia delante sin importar muchas veces las circunstancias es más que necesario. Que mejor forma de mandar este mensaje que con un ritmo pausado y con esa voz cálida y envolvente que bien podría venir de la mismísima Nueva Orleans.

Da paso al último corte antes del bis con nada menos que “Hallelujah I love her so” del maestro Ray Charles. Haciéndolo propio, captando su esencia y respetándola. Demuestran el gran amor por este género y sus grandes figuras. Personalmente echo de menos a los vientos pero no porque ninguna de las canciones lo hayan requerido.

Como no podía ser menos vuelve al escenario para deleitarnos un poco más ante la respuesta positiva del público. Esta vez se marca un tema acústico donde solo están presentes su voz y su guitarra para poner la guinda al pastel.

 Continúa de forma acústica realizando una versión del “Everybody´s gotta learn sometimes” el cual le va como anillo al dedo y con el que nos sorprendió gratamente.

Si no habíamos tenido suficiente con esta perfecta sorpresa es ahora Alberto quién hace los coros para dar lugar a la voz de Alonso cantando Ophelia de The Band, un tema con ciertos apuntes reggae.

La noche acaba, de alguna forma, de la misma manera en la que empezó, es decir, con ese otro tema del disco donde tienen lugar el rhytm& blues con rasgos country y ese rock & roll gamberro para cerrar de forma impecable, “I´m gonna change my mind”.

Se nota la gran formación de estos chicos pero sobre todo la pasión por lo que hacen y la sencillez con la que lo hacen, lo que ha convertido el resultado vivido esta noche en algo propio de muy pocos. Que un estilo de música no sea el más allegado a ti pero consiga tenerte en vilo durante el tiempo que dura el concierto creo que dice bastante.

A nivel económico no vivirá la música su mejor momento, pero si hablamos de talento en Madrid están surgiendo muchas formaciones, aunque ya lleven tiempo formándose y dentro del mundillo, que están demostrando que no hace falta irse fuera para escuchar calidad. Y más gracias a la apuesta de salas como la Tempo.

Todas las fotos han sido cedidas muy amablemente por JaimeMassieu.com

Vídeo de «I love the way you lie» cedido por Janet the Planet

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