Si estás buscando un disco que te llene, que lo puedas escuchar varias veces seguidas y que disfrutes en cada una de ellas, no busques más…párate un segundo a leer esto.
Hace unos días nos llegó a la redacción uno de esos discos que esperábamos con los brazos abiertos. Tras habernos deleitado con el último trabajo de Paul Zinnard, cuya crítica podéis leer aquí, TwoMadRecords se ha convertido en un reducto de buen hacer y buenos músicos. Así, el nuevo trabajo de Willie B. Planas, producido por el propio Paul y grabado en el estudio 1, con participación de músicos como Miquel Ferrer, Mauro Mietta o José Bruno “Niño”, la verdad que pinta realmente bien.
Pues aquí está al fin. Y tras algunas escuchas, lo primero que voy a decir es que, no nos ha defraudado en absoluto.
“The Great Divide” fue su primera incursión discográfica. Un disco mayoritariamente acústico e intimista, que explotaba todo lo que la música de cantautor puede dar, siempre desde un punto de vista americanizado, la verdad. Pero quizás fuese eso lo que le daba cierto aire de misterio, eso y unas melodías bien trabajadas que recordaban en cierta medida a las primeras obras de Jack Johnson, frescas y llenas de positivismo.
“Landscapes & Still-Life”, el disco que ahora nos ocupa, tiene una concepción bien distinta. Por una parte instrumental. De la guitarra acústica hemos pasado a un cuarteto integrado por músicos como Mauro Mietta (piano y B3), Paul Zinnard (bajo y producción), Miquel Ferrer (batería) y el propio Willie B. Planas (voz, guitarra y armónica). Con sólo eso ya podemos hacernos una idea de que lo que vamos a escuchar no va a tener el mismo timbre que lo que habíamos escuchado de Willie hasta ahora.
Pero la transformación es más profunda. No sólo se basa en la parte musical, propiamente dicha, sino que su temática, sus letras y composiciones en general se han vuelto más caóticas, más imaginativas y libres. Ya no están encorsetadas por la realidad. Así nos podemos encontrar temas que hablen de la carretera, con letras tan susurrantes como “I become devote to the road…it´s a common way, it´s a common place…” o bien la maravillosa letra de “Running naked” que nos desvela un mundo de esfuerzo y pasión a través de una chica que corre desnuda, todo ello acompañado por una melodía tremendamente pegadiza, que para nosotros es la mejor del disco sin dudar.
En definitiva, el disco está lleno de referencias a su propio estilo, ya que aún con más acompañamiento y con más movimiento sigue sonando tremendamente a él. Lo que lo hace auténtico y lleno de personalidad. Un disco a medio camino entre el pop, el rock y la música de cantautor, que nos muestra el lado despreocupado y libre de la vida. Que nos deja ir a donde queramos y para ello nos muestra una serie de paisajes y naturalezas muertas, para que nosotros mismos seamos los que con nuestra imaginación los dotemos de vida y fútil realidad.
Además, los 8 temas se te harán tremendamente cortos, quedándote con ganas de más y haciendo que inmediatamente conectes el ordenador para ver si pasará por tu ciudad en su gira. Por cierto, la gira aún no se ha publicado. En cuanto sepamos algo os avisaremos, así que estad atentos.
[one_third]La montaña rusa en la que Willie nos sumerge es capaz de subirnos hasta lo más alto con “Living longer, moving faster” para después dejarnos reposar la papilla con baladas de alto calibre como “Diamond eye”.[/one_third]
El disco está lleno de pequeñas joyitas que estamos deseando escuchar en vivo y en directo y que desde 8 pistas os recomendamos que escuchéis encarecidamente.
Cuando las cosas están bien hechas, y es el corazón el que habla por nuestra boca, el resultado siempre es un deleite para nuestros oídos. Y eso es precisamente lo que nos vamos a encontrar en “Landscapes & Still-Life”, una música de calidad bajo una fachada de auténtico amor por la música. Que más se puede pedir.
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