Fotografías Esperanza Mar
Último fin de semana del Ciclo Nocturama. 10 añitos han pasado ya desde su primera edición y si bien esta ha sido una ocasión grande, no desmerecen ninguna de las ediciones anteriores. Pero claro, todo se acaba, el verano, el calor, los amores pasajeros, el chiringuito o la cervecita en casa medio despelotado, eso ya dependerá de si has tenido que currar o no.
Pero lo mejor es siempre despedir las cosas a lo grande, y con ese pensamiento nos vamos caminito de la Cartuja, con la idea fija en la mente de que esta va a ser una GRAN noche.
A eso de las 22:30, puntuales como el reloj que anunciaban los del propio Nocturama en el Facebook hace unos días, Julián Maeso y su banda toman posesión del escenario. Clavan su bandera americana y nos dan toda una lección de raíces gringas.
El teclado del propio Julián, el “Slide” arrastrado a lo blues cuando toma la guitarra, todo nos transporta a los páramos desiertos de Texas, a los caminos sin fin de San Antonio, a las carreteras llenas de polvo y sudor.
Tras tres temas las primeras palabras dedicadas a todos esos músicos que le acompañaron en su época de estudiante en Sevilla. No estudio mucho, según nos confiesa, pero gracias a ellos se ha convertido en el músico que es hoy. Pájaro incluido, por supuesto.
Una de las primeras sorpresas de la noche es la participación de Mingo Balaguer a la armónica. Su particular visión musical nos envuelve en una road movie que nos lleva por parajes extraños, por pueblos perdidos y bares de carretera, por cintas de casete en la guantera y horas y horas de asfalto. «it´s been a hard day» suena en estos momentos.
El señor Maeso alterna el teclado con la guitarra con una facilidad pasmosa. De voz clara, limpia y versátil es capaz de trasportarte muy lejos entre la saturación de instrumentos y coros, tanto como para cruzar el charco de un saltito. Vemos a Carolina García y Veronica Ferreiro a los coros y la verdad que es normal, ya que Julián toca el hammond en el disco de Aurora, así que se entiende que parte de la agrupación le acompañe en una noche como esta.
Tras un concierto vibrante, lleno de muy buena música no queda más que decir que el control que luve Julián de cada uno de los instrumentos, tiempos y ritmos es simplemente alucinante. No deja nada al azar y eso se refleja en un espectáculo completamente redondo. Un gustazo para cualquier amante de la música.
Unos minutos entre desmontar y volver a montar nos dan tiempo para pedirnos un refrigerio y una muy decente pizza para sofocar el hambre. Como era normal nos coge el toro y escuchamos los primeros dos temas de The Milkyway Express desde el burladero.
Para «Where are do you go» ya estamos al pie del cañón. Tremenda instrumentación que sobrecoge en cuanto te envuelve el espíritu salvaje y desenfadado de su puesta en escena.
Aunque quizás algo mas paraditos que su concierto en Bluescazorla, la verdad es que la delicia de música que hacen estos tipos es de agradecer. Rock de raíces foráneas pero traídas a estas tierras en contenedores grandes por barco, directo al muelle del Guadalquivir.
Vienen presentando su nuevo disco «PerroRosa«
Este disco es algo más tranquilo en concepto y eso se nota en el directo, con menos garra y menos arrollador que el de antaño. Pero claro, en cuanto se escucha el rugir de las ruedas del tren la gente se viene arriba, se apelotona delante del escenario y pide, suplica, ruega ritmo para el cuerpo!!
Las notas lentas y arrastradas de «Penitencia» toman posesión de la noche. Aunque que me perdonen los Milky, me encanta su música, su instrumentación me envuelve completamente cuando lo escucho, pero reconozco que su nuevo trabajo no termina de encajar para mí en directo. Y no será por lo cuidado de la producción de los temas, ni por no haberle pillado el timbre y el tipo completamente a un estilo que dominan sin apenar pestañear. 
Me da a mí que le falta algo de garra, algo de empaque y enganche que haga a la gente saltar de sus asientos como con un resorte. Este disco es una pasada para la tranquilidad del hogar. Personalmente me lo pongo a todo volumen en función repeat porque el sonido es simplemente una delicia.
Los temas se alternan entre sus dos discos “One day in summer” precede a “Goodnight Butcher” y “Hi Hi” en uno de los momentos más potentes de la noche. Para posteriormente dedicarse a repasar casi por completo todos los temas del nuevo trabajo “Come back home”, “Pecado” o “Lost Dogs” son imprescindibles para notar la versatilidad del grupo.
Y para terminar dejan el tema con másfeedback con el público “Hot & Dry”. Tema que cierra su One day in Summer. Micro de armónica utilizado para hablar y grito de la grada incluido. Un déjate llevar in crecendo que da por terminado el concierto por todo lo alto, como debe ser.
Ya a eso de la 1:40 de la madrugada comienza la presentación de la banda uno a uno, mientras Lisa narra desde fuera del escenario el comienzo del show con su característico vozarrón «Puts your hands together people«
Hoy viene contenta* (alusión al ImáginaFunk) y eso se transmite. Si bien ella es la imagen del grupo los que realmente transmiten, los verdaderos artífices de la explosión de energía que se ve sobre el escenario son los músicos. No paran de bailar, animar y gozar con lo que hacen.
El bailecillo cachondo y meneón toma el jardín. El soul de Lisa no se limita a ser rectilíneo sino que serpentea por subgéneros a veces mas rockeros, a veces más sutiles y la mayoría de las ocasiones forzando altos imposibles.
En las lentas el saxo y la trompeta ganan protagonismo y es cuando Lisa aclara la voz para ofrecernos limpieza en lugar del ronco usual. Personalmente me suena genial.
Una noche para el recuerdo, una experiencia que se veía venir y como era de esperar con el jardín lleno a rebosar. No para de sonar música en nuestros oídos mientras nos vamos….pero mañana nos queda el apoteósico final…así que habrá que prepararse. Vaya lujo poder disfrutar de esta maravilla en el veranito sevillano.
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