La burbuja de los festivales está comenzando a pinchar, como si del ladrillo se tratase, y se lleva por delante una nueva cita en la comunidad andaluza. En este caso ha sido Trafalgar Festival, cuya primera edición finalmente no llegará a hacerse realidad. En la mañana de hoy, la organización ha anunciado mediante un comunicado la cancelación de la cita, que tenía previsto desarrollarse en Los Caños de Meca los próximos días 24 y 25 de junio.
En un extenso texto, la Fundación Festival Territorios, promotora del evento acusa al Ayuntamiento de Barbate (Cádiz) de «bloquear la licencia de actividad a Trafalgar Festival para su celebración en Los Caños de Meca privilegiando los permisos al festival Cabo de Plata para que se celebre en terrenos del núcleo de Barbate». A este respecto, critican también la «pasividad, el oscurantismo y las trabas» a las que se ha visto sometidos durante meses por parte del Consistorio.
El evento parece haber entrado en conflicto con otro proyecto, también musical, en el mismo municipio. Inicialmente, Trafalgar Festival iba a celebrarse los días 1 y 2 de julio pero, según se refleja en el comunicado, «la propuesta de realización de otro festival -Cabo de Plata, para más señas- en las mismas fechas en la zona de Atlanterra, en Zahara de los Atunes, perteneciente al municipio de Tarifa, nos obligó a adelantar las del Trafalgar Festival a los días 24 y 25 de junio».
Los organizadores achacan al cambio de alcaldía en Tarifa el hecho de que Cabo de Plata no recibiera finalmente el permiso para la realización del festival en dicha localidad. En consecuencia, señalan que se produjo una «negociación secreta» entre la organización de Cabo de Plata y el Ayuntamiento de Barbate para trasladar a su municipio la celebración del evento. «A partir de ese momento, todos los inconvenientes que ha sufrido Trafalgar Festival en la tramitación de la licencia de actividad -indican- se han convertido en facilidades para Cabo de Plata para poder celebrar su festival en el Recinto Ferial de Barbate, junto a la emblemática Playa de la Hierbabuena».
La nota continúa detallando que el pasado 25 de mayo, el alcalde Miguel Molina convocó una reunión con representantes de ambas organizaciones para ofrecer «como única solución para ambos eventos celebrarlos en el mismo recinto, como actividades incluidas en el marco general de la Feria de Barbate, lo que obliga a compartir no sólo espacio sino infraestructuras y equipos, dado el breve espacio de tiempo entre ambos festivales». La Fundación Territorios considera que, de esta forma el Ayuntamiento «buscaba remedar el incumplimiento de la cláusula 4.1 de Exclusividad de la Declaración de Intenciones firmada para Trafalgar Festival y dar una salida a su interesada actuación mediadora entre dos proyectos de propuestas radicalmente distintas en objetivos, y abocándonos a una competencia feroz y sin sentido a pocas fechas de la celebración de ambos eventos».
Así las cosas, Trafalgar Festival indica que, a un mes de su celebración, se verían obligados a trasladar el evento a un nuevo emplazamiento, que supondría «un nuevo proyecto con unas necesidades de producción e infraestructura desconocidas que, en un primer análisis, suponen un montaje complejo y costoso para el poco tiempo de que disponemos, y que además no cumplen con nuestras intenciones de valorización de la zona».
Según apuntan, la «oportunista imposición planteada» haría caer al festival en la «confusión de una propuesta inaceptable en lo social y cultural». Es por ello que la cancelación ha sido contemplada como solución final. La organización detalla que a lo largo de la semana se informará a través de la web y redes sociales sobre el proceso a seguir para obtener las devoluciones correspondientes a la compra de abonos.
Queda por ver si habrá más cadáveres por el camino. También si la cancelación hace una semana de Territorios Sevilla, encargado de gestionar también Trafalgar Festival, ha pesado sobre los últimos acontecimientos. Lo cierto es que la sombra de las cancelaciones empieza a ser alargada y el resultado nos obliga a renunciar a los directos de bandas como Crystal Fighters, Fangoria, Anni B. Sweet o Juanito Makandé.
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