29 marzo, 2024
Cortas, muy cortas se nos hicieron las más de dos horas en las que compartiste con nosotros ese pedacito de tu alma que son tus canciones. Aun resuena en nuestros oídos el atronador aplauso final

Barbican Centre, 12/06/2015

-No se olviden de mí, dijiste

-¿Y cómo podríamos maestro? ¿Cómo podríamos olvidarnos de ti? De quien desde su debut en el mundo de la música no ha dejado de hacer giras triunfales y recibir reconocimiento mundial, convirtiéndose en uno de los cantantes y compositores más importantes tanto en castellano como en catalán.

¿Cómo olvidar a quien es capaz de rescatar momentos de nuestras vidas a lo largo de  un memorable recital con temas que son a la vez tan parte de su vida como de la nuestra?

No, no es posible olvidar la experiencia que supone escuchar en directo a uno de esos grandes artistas que todo hijo de vecino debería disfrutar al menos una vez en la vida. La acústicamente impecable arquitectura brutalista de Barbican, llena como cabría esperar, sirvió para presentar tu Antología Desordenada, acertado título para un disco que comprende una selección de lo más personal de algunas de tus composiciones.

En nuestras mentes quedarán por siempre el placentero recuerdo de escuchar en vivo la maravillosa «Cançó de bressol», en un bilingüismo sublime y evocador, y que fue la canción con la que abriste la noche. ¿Y qué me dices de la poesía profunda e íntima de tu primera composición,  “Ella em deixa”  en plena vigencia 50 años después, que se dicen pronto?

Tampoco se podría quedar en el limbo el recuerdo nostálgico de “Mi niñez”, tu primer gran éxito “Cançó de matinada”, o el emotivo y solidario homenaje a los que por desgracia más sufren en este mundo en “Niño silvestre”.

Pero especialmente no nos será posible olvidar dos temas que por si solos te hubieran servido  para irte al descanso con el partido ya ganado (sabemos que te gusta el futbol). Hablamos de “Algo personal”, canción con la que  los jóvenes (y no tan jóvenes) exiliados económicos presentes en el aforo se sintieron plenamente identificados y cuyas emociones contenidas se materializaron en forma de aplauso rabioso. Segundos más tarde, todo explotó con  “Cantares”, la emoción estaba a flor de piel.

“Te amo Serrat “, clamaba la voz de una exaltada fan a nuestras espaldas, y que comprimía el sentimiento de toda una sala completamente devota y entregada de principio a fin.

Hay detalles que se quedaran para siempre con nosotros,  como la sutileza emotiva de “Esos locos bajitos”, o como tu presentación de “Hace Veinte Años Que Tengo Veinte Años”, la canción más amortizada de tu repertorio, según tus palabras. “Tras varios años tocándola decidí jubilar la canción, pero la canción era un éxito y soy catalán,… así que decidí simplemente cambiarle el título” comentaste con tono íntimo, metiéndote todavía más en el bolsillo al incondicional.

También recordaremos que durante “No hago otra cosa que pensar en ti” agradeciste la dedicación devota y el talento de tus músicos y amigos, en donde destaca como es habitual una vez más la presencia de tu pianista, Ricard Miralles. Junto a él, Josep Mas Kitflus a los teclados, el enérgico David Palau a la guitarra, Vicente Climent a la batería y Ray Ferrer al contrabajo y bajo eléctrico.

Nos diste de beber de nuevo a Machado con “Llanto y coplas” y evocaste a Miguel Hernández con “Para la libertad”; nombres cuya sola mención arrancaron los aplausos de un público variopinto en edad y en su mayoría hispanoparlante. Tu lírica, al igual que la suya, es atemporal, de una vigencia estremecedora. No, Joan, hay cosas que jamás podremos olvidar.

¿Olvidar tu interpretación de “Romance de Curro El Palmo”, sentado en  la mesa con la compañía de una jarra de agua? ¿Olvidar ese largo aplauso de varios minutos tras tu soberbio «Mediterráneo», considerada la canción de habla hispana más popular de todos los tiempos?

Cortas, muy cortas se nos hicieron las más de dos horas en las que compartiste con nosotros ese pedacito de tu alma que son tus canciones. Aun resuena en nuestros oídos el atronador aplauso final, al que respondiste, generoso, interpretando “Aquellas pequeñas cosas”, ” La fiesta”, la solicitada “Lucia” y “Bienaventurados”.

No, simplemente no te podríamos olvidar. Felicidades y GRACIAS maestro.

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