Como diría el desconocido de pelo largo y sedoso que tan bien llegué a conocer y hoy tanto aprecio: “Tanta sencillez asusta”. Tengo la manía de hacer caso a desconocidos. La llevo conmigo desde hace mucho. Y es que estas personas siempre tienen la razón cuando te hablan de lo que sienten y de por qué hacen lo que hacen. Al principio no suelen ser interesadas, tampoco les atan los sentimientos, lo que les promete muchos puntos a favor. Por eso cuando me encontré con Lino por primera vez, creí en sus palabras, que no son otras que las volcadas en esta entrevista. Por entonces (me) era un auténtico desconocido. Se presentó sencillo, sin adornos, sin apariencias y diciendo lo que sentía, algo difícil de conseguir en estos tiempos tan estéticos. Difícil porque hoy todo se pone en duda. Hoy nadie tiene cosas bonitas (y sinceras) que vender. Lo cierto es que hoy sus palabras siguen siendo las mismas, sin duda, auguran logros cercanos. Todavía recuerdo a Lino encima del escenario de una renombrada sala sevillana. La Caja Negra recibía esa noche al cantante junto a Borja Prieto, compañero incondicional del artista. Ambos, mano a mano, dieron un emotivo directo, a pesar de que la cantidad tirase menos que la calidad cuando hablamos de público. A los siete de edad todavía era un joven estudiante de Contrabajo, pero pronto abandonaría este instrumento para dedicarle a su guitarra una vida entera. Ya son muchos los Suricatos nacientes. Poco a poco, su primer trabajo en solitario, No sé qué pasará mañana, traspasa fronteras y llega a lugares insospechados. En plena promoción, vive días ajetreados, pero ha sacado un hueco para charlar con nosotros.
Ochopistas: Con sólo 7 años comenzabas los estudios de Contrabajo en el conservatorio…Etapa que no duraría mucho, tu incansable guitarra ya se hacía notar por aquella época…
Lino Suricato: Sí, comencé estudiando Contrabajo en el conservatorio de mi ciudad, pero fue poco tiempo, no soy músico de conservatorio, me salí pronto y agarré la guitarra, instrumentó que me llamaba mucho la atención… Y hasta día de hoy con ella.
A los 14 ya te veíamos formando equipo con ‘Cuarto Creciente’, un proyecto con el que teloneásteis a peña como ‘La Fuga’, ‘Celtas Cortos’ o ‘Maldita Nerea’, por decir algunos…
Cuarto Creciente lo monté junto a tres íntimos amigos, de esos con los que compartes todo. Esta primera aventura duró nueve años, fui creciendo en esa banda… Nos lo pasábamos muy bien y lo disfrutábamos mucho. Dimos muchos, casi un centenar de conciertos por Extremadura, Madrid, Castilla y León… Grabamos un Ep autoproducido: Algarabía. Fue una época muy especial que siempre guardaré en mi cabeza, pero llegó un punto en el que se apagó la luz y lo mejor fue parar el barco.
Uno siempre se plantea, de un modo u otro y más tarde o más temprano, coger camino en solitario… ‘Cuarto Creciente’ disuelto nace Lino Suricato… ¿Un nacimiento previsto?
En mi caso no fue así. Hago canciones desde que tengo uso de razón, me sale de forma natural… En casa siempre hice mis maquetas, pero jamás pensé en lanzarme en solitario, por aquellos momentos yo estaba súper centrado en mi banda, mientras tanto seguían saliendo canciones…Digamos que lo de Lino Suricato son cosas que vienen, es decir, llegó un punto en el que vi que tenía bastante material y me volví a liar la manta a la cabeza para volcarme en sacar todo lo que tenía dentro.
Tu llegada a Madrid se remonta a 2012. Allí comienzas a trabajar junto al productor Candy Caramelo en ‘No sé qué pasará mañana’… Primer trabajo que presentas en solitario… ¿Vive uno mejor sin saber qué pasará mañana? A veces es inevitable saberlo…
Lo del título del disco viene porque creo que es un sentimiento que mucha gente tiene en estos tiempos que corren, también es una sensación que en ocasiones recorre mi cuerpo. Sueño que no paro de hacer temas y, de momento, las musas no me abandonan… Pero todo se puede acabar algún día… De ahí nace No sé que pasará mañana… Si queremos saberlo, hay que seguir caminando, avanzando… Hoy sigo aquí haciendo lo que me gusta, presentando este trabajo, porque con ilusión y tesón se pueden conseguir muchas cosas.
El álbum salía a la calle el pasado 9 de febrero pero, previamente, ya habías dedicado tiempo a los directos. Más de 30 escenarios fueron testigos de los temas que compondrían el nuevo material. ¿Cómo ha sido compartir tablas con artistas como ‘Juanito Makande’ o ‘El Canijo de Jerez’?
Mientras grababa este disco estuve en la carretera junto a mi compadre Borja Prieto y los Suricatos Forajidos dimos más de 30 bolos en pocos meses, rodando y presentando nuestras nuevas canciones, entre ellos aquella noche en el Sonifest de Plasencia. Siempre es especial compartir esos momentos con maestros a los que has escuchado tantas veces, artistas a los que admiras. Se vive con mucho respeto, ilusión, son noches que te regala la vida.
¿Esperabas esta acogida por parte del público?
El disco acaba de salir, soy feliz con las muestras de cariño de mucha gente, cada día veo más Suricatos escuchando mis canciones y eso me alegra mucho, pero sé que lo mejor está por llegar.
Las colaboraciones no brillan por su ausencia…
Claro, Isma Romero en “Dame un minuto más” y Duende Josele en “Un recuerdo más”. Son dos amigos desde hace muchos años, siempre es bonito compartir, les invité a cantar en este disco y no se lo pensaron. Ya tenía ganas de hacer algo así con ellos. Las colaboraciones molan cuando salen del corazón, y ellos ahí dejaron su magia para toda la vida.
¿De qué habla Ángel Lino Hernández cuando compone para Lino Suricato? ¿Podríamos adivinar en tu trabajo tu Yo más sincero?
Considero que tengo una manera personal de decir las cosas, pero me gusta que la gente lo descubra. Creo en la magia, las canciones están vivas y, dependiendo del momento en que las escuches, pueden decir una cosa u otra… Hablo de lo que veo y siento.
Si no sabes qué pasará mañana, imaginamos que tampoco podrás hablarnos de certezas futuras pero… ¿Cómo te gustaría que fuese tu mundo dentro de unos años?
Me gustaría seguir haciendo lo que hago y lo que llevo haciendo toda mi vida, mucha música
siempre cerca de los míos.
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