29 marzo, 2024
El 30 de Agosto llegaba a nuestras tiendas el 4º trabajo de estudio de John Legend "Love in the Future". Un disco producido por el propio Legend, Kanye West y Dave Tozer. Aquí damos nuestra humilde opinión.

El 30 de Agosto llegaba a nuestras tiendas el 4º trabajo de estudio de John Legend «Love in the Future». Un disco producido por el propio Legend, Kanye West y Dave Tozer. Aunque si contamos desde 2008 de su último trabajo, la verdad es que como él mismo dice tan sólo han pasado tres años desde aquel «Wake up» con The Roots. Un discazo, por cierto, que le llevó de gira con ellos y posteriormente también con Sade. Total, que aunque nos haya parecido una eternidad para él y su agitada agenda tampoco ha sido tanto.

Después de leer a las más prestigiosas revistas leer sobre este disco no puedo más que dar mi opinión. El disco a mi entender reune todos los chascarrillos y tics que el propio John ha ido recopilando a lo largo de su carrera. Y no sólo me refiero a los 4 discos que lleva publicados, por ejemplo, la cadencia y el control de «Don´t give up» aparecen en el disco, la atmósfera algo inquietante de «Magnetic Man» también os la encontrareis aquí. En definitiva, este disco no rompe con todo lo anterior, simplemente lo potencia y lo explota algo más, gracias sobre todo a la intervención de Kanye y Dave.

La influencia de Kanye en el disco ha dado bastante que hablar en todos los medios. Por un lado, es una gran baza tener la oportunidad de escuchar la colaboración de dos de los mejores artistas que existen hoy día. Escuchar piezas desarrolladas por ellos, arregladas hasta el más mínimo detalle con esas sutilizas y esa ternura por la música que desprenden los sabios.

Sin embargo, otra facción aún recuerda el tremendo disco de soul en estado puro que se marcó John con The Roots hace unos años. Disco que por cierto aún tengo en mi reproductor y que es de obligada escucha. Cierto que en temas como «Made to Love»  o «The Beginning…» parece que hemos vuelto a 808s & Heartbreak, pero es algo puntual.

El disco posee motivos de sobra para convertirse en otro pilar más dentro de la leyenda que John se está forjando. «Who Do We Think We Are» es el típico tema para las radiofórmulas pero que gracias a ese mensaje entre líneas y a la inestimable ayuda de Rick Ross en el único rapeo del disco hacen que sea de los temas que te lo escuchas una vez y le das al repeat para volver a escucharlo.

La voz de John siempre ha sido su gran baza, y si bien ha querido explotarla por muy distintos derroteros es en estado puro cuando más se puede apreciar la belleza que es capaz de transmitir. «All of me» es un recital de sentimientos que explotan en la voz cálida y llena de colores de un hombre enamorado. Sin necesidad de hacer grandes aspavientos, sin necesidad de llegar a altos imposibles es sutil y punzante como una aguja que recoge la larga melena de una mujer al despertar.

Este hombre siempre ha sido un artista de piano. Un cierto galán de otra época que evoca realidades alternativas de sombreros de ala ancha y trajes hechos a medida. Y eso él lo sabe muy bien, «Hold on Longer», «Dreams»  o «For the First Time» tema con el que acaba la versión deluxe son buena muestra de ello. La calidad de sus interpretaciones no les quita protagonismo a sus composiciones. La verdad es que no se cuando le da tiempo a este hombre a componer. Supongo que es un don que tienen algunos.

Pero no todo va a ser música tranquilita. Haceros a la idea de que este es un disco conceptual en el que se intenta plasmar en forma musical una carta de amor declarado a su novia la modelo Chrissy Teigen. En esa carta hay cabida para el romanticismo, pero también para la sensualidad que este hombre emana por los poros, para las ganas de divertirse juntos y de vivir la vida desde un prima engrandecedor.

El tema «Tomorrow» nos plantea una mirada hacia el futuro desde una perspectiva del recuerdo. Con un sampler retro nos plantea un tema versátil en cuanto a ritmos y de métrica cambiante. Algo así como una pequeña evolución del soul sostenido por los cimientos de una buena base. Una alegoría delicada de la construcción de una pareja.

Pero personalmente me quedo con los temas más tendentes al R&B. Y es que no sé por que este estilo bien hecho levanta en mí unas sensaciones que no consiguen otros. «Wanna Be Loved»  con esos arreglos arrastrados, «So Gone» con ese carisma lento y elegante o «We love it» con la inestimable compañía de Seal son tres de mis temas favoritos del disco.

En definitiva, 16 temas el disco básico y 20 la versión deluxe que se pasan volando. Un trabajo maduro, carente de la superficialidad de los trabajos actuales en las grandes discográficas. Un disco compacto en cuanto a concepto, letras y musicalidad, como no podía ser menos.

Cierto que no es el mejor de su trayectoria, me sigo quedando con Once again o, por supuesto con Wake up. Aun así un disco muy digno.

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