24 abril, 2024
Con Lou Reed y David Bowie fallecidos, Iggy saca pecho a lo grande

Iggy Pop – Post Pop Depression, La Iguana No Se Amedrenta

¿Quién diría que Iggy Pop sobreviviría a los demás de aquel trío Lucky Strike? Con Lou Reed y David Bowie fallecidos, Iggy saca pecho a lo grande. Producido por Josh Homme de Queens of the Stone Age, el álbum cuenta con Dean Fertita de estos californianos, y Matt Helders de Arctic Monkeys a la batería; nombres de hoy en día para una grabación brillante, en la que ciega la voz de Iggy Pop, su idiosincrasia y su humor negro . Nos encontramos ante un trabajo rockero; Premilinaires (2009), y el capricho de Après (2012), quedan bien lejos, sin que se lleguen a los extremos que Iggy Pop ha demostrado con los iluminados The Stooges. En sus nueve temas, hay melodías fáciles, pero no facilonas, diferentes géneros dentro de uno mismo, predecibles (no siempre), pero igualmente disfrutables, datos que una vez vistos en perspectiva, hacen que no sobre ni una canción.

“Gardenia” bien podría ser un tema de Bowie, pero la actitud y voz de Pop la lleva a sus propias profundidades. Tirón de orejas por elegir un xilófono para “American Valhalla”, que nos recuerda incómodamente al “China Girl” de The Idiot (1977). Todo hay que decirlo, tras unas escuchas, el tema brilla por sí mismo, fuera de la sombra de aquellos setenta. “In the Lobby” puede tener el trabajo de guitarra más llamativo de la grabación. Pero aún queda más, para saciarnos sin hartarnos. Magia, mucha magia, y repentinamente; una vez que creemos que, a la mitad del disco, ya hemos escuchado la otra mitad, llega una segunda parte más excitante que la primera, que empieza con no sólo “Sunday”, cuya coda te bajará la guardia frente a la siguiente, “Vulture”, y su atmósfera embrujadora, con la voz de Iggy endemoniándola, rozando una especie de flamenco de allende el océano.

Esto nos lleva a una conclusión; echamos de menos más riesgo en la grabación, a la vez que disfrutamos del Iggy de siempre. Aun siendo deudor de The Idiot  (1978) y Lust for Life (1978), (a diferencia de, por ejemplo, American Caesar (1993), por poner un ejemplo) Queens of the Stone Age dan justicia a la herencia de Iggy Pop, de manera certera, con el de Detroit moviéndose en la música y la producción de manera siempre cómoda, natural y rebelde. Muerte, sexo, y violencia verbal; para los que duden de la fuerza, por no decir, cojones, de Iggy, Post Pop Depression cierra con un díptico vigoroso “Paraguay”. ¿Quieres más caña? Aquí hay mucha más mala leche apenas contenida, oscuridad y elegancia tosca que velocidad. Teatral y sin sitio para la monotonía, Post Pop Depression debería quedar entre los grandes logros de Iggy Pop. Miedo da pensar cómo sonará desencadenado del estudio, cuando suenen por primera vez en directo Iggy, Josh Homme, y Matt Helders en el Royal Albert Hall el 13 de mayo. Ni una sola fecha hasta el momento en la Península Ibérica, amigos.

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