‘El esfuerzo es la clave del éxito’ podría ser el lema de esta jerezana que empezó su carrera con solo dieciséis primaveras en ‘La Banda’ (Canal Sur). Desde entonces una Licenciatura en Periodismo, otra en Arte Dramático, numerosos puestos de presentadora en una muy amplia gama de espacios televisivos, papeles en teatros y películas, y además la fundación de la Escuela María Espejo para actores y presentadores ubicada en su Jerez de la Frontera natal son pruebas de su gran capacidad de trabajo y superación.
María es, por encima de todo, incombustible, y ahora se lanza a la aventura de firmar su primera obra teatral, en la que además de autora es actriz y directora. Con motivo de su función el próximo día 14 de junio en el Teatro Quintero de Sevilla, desde 8Pistas hemos querido preguntarle por esta obra que, desde la comedia disparatada, viene a romper moldes y a demostrar que el feminismo empieza por las etiquetas que cada mujer se autoimpone, que nada ni nadie es lo que parece. Una obra para reír, pero también para pensar.
8pistas: Presentadora, actriz, empresaria y ahora dramaturga. ¿Era el siguiente paso lógico o fue algo espontáneo?
María Espejo: ¿Lógica? En mi vida no (ríe). Soy más de lo que me pase por la cabeza y el corazón, que los tengo muy conectados. Había escrito muchas obras, por ejemplo en la Escuela escribo para los alumnos, pero quería presentar y actuar con algo mío. Tanto Ana Salas como Lidia María Jaime, que son amigas y compañeras de la Escuela, me pedían una obra para nosotras. Incluso me hicieron prometer que la tendría lista para navidad, que sería mi regalo de reyes, y si yo prometo algo lo cumplo siempre.
¿De dónde surgió la idea de ‘3 patas pá un banco’?
Esta historia tiene parte de ficción y parte de realidad. El punto de partida es que una de las protagonistas se va a casar, y para preparar la despedida de soltera hay muchos problemas y mucho lío. Las tres somos muy diferentes y eso trae muchos obstáculos. Hace poco estuve preparando la despedida de soltera de una amiga, y al ser un grupo muy grande, hubo problemas por todos los frentes, y de ahí me surgió el germen de la historia. Lo siguiente fue introducir elementos más estereotipados para los personajes, para que la gente los reconociera, y la obra ya tenía vida.
Desde que se escribe la primera línea hasta que se representa una obra hay todo un largo proceso ¿Qué nos puedes contar de él?
Escribirla ha sido toda una aventura. Yo sola me he reído muchísimo simplemente con el bolo en la mano, disfrutando cuando imaginaba a los personajes en mi cabeza. Además tenía a las actrices antes de la obra, que es una gran ayuda porque sabes lo que te van a dar. Otras cosas las dejé, dejé los espacios en la construcción de los personajes, porque quería ver qué surgía en los ensayos a la hora de improvisar y de ahí cogerlo, para dar a la actriz y al personaje mucha conexión mutua.
Eres autora, actriz y directora de la obra. ¿Qué tal esta experiencia multitarea?
Algunas veces ha sido una locura (ríe) pero ha sido una experiencia preciosa. Me ha gustado mucho ser directora. Lo más complicado ha sido que me he tenido que autodirigir, y hasta el último momento no tenía mi personaje, Lía, totalmente definido por estar dirigiendo a mis compañeras. Pero he aprendido muchísimo y sigo aprendiendo y cambiando cosas de la obra. Yo tengo mi productora, El espejo producción, pero la parte de la distribución ha sido muy complicada, y ahí tengo que darle las gracias a Manú Sánchez y a su productora, 16 escalones. Yo le mandé la obra para que me diera su opinión, y él, muy amable, se encargó de apoyarme con la distribución. Y es un detallazo, porque el teatro es muy duro, requiere preparación, pulir todos los detalles, y después mover la obra para que la gente la conozca. Yo por eso apuesto por el boca a boca si a la gente le gusta, y creo que será una obra de rodaje, que las cosas irán llegando a su justo ritmo y cuando vengan habrá que estar feliz y agradecido, y cuando no vengan seguir trabajando sin deprimirse por lo que no vino. Así sigo yo mi vida (ríe).
Lía, Mía y Tía son conjuntos de estereotipos o están basados en personas concretas?
Por supuesto he cogido pinceladas de amigas mías que además se han reconocido en la obra (ríe). Pero son personajes que evolucionan con las circunstancias, no son personajes planos definibles en una u otra persona.
Cualquiera que te conozca o te haya visto por televisión sabe que eres una chica amable y dulce, y sin embargo decidiste interpretar a Lía, la rebelde tatuada y siempre de negro. ¿Por qué?
Porque yo soy muy gamberra (ríe). Todas las personas tenemos un ángel y un demonio dentro, y yo quería hacer algo que para nada se pareciera a mí. Antes de definir al personaje le pregunté a amigos íntimos <<¿qué sería lo más raro que podría hacer>> y todos me dijeron <<de gótica>> así que ni lo dudé. Me encanta, porque me miro en el espejo y no soy yo, y eso ayuda muchísimo a entrar en la piel del personaje. Yo jamás me teñí de morena, solo tengo un tatuaje pequeñito, visto de colores alegres y no de negro.
La obra plantea 3 visiones diferentes de lo que es ser una mujer joven en esta sociedad,¿qué nos comentas de cada uno de ellos?
Las tres somos totalmente fieles a nuestras amigas. Guardaríamos cualquier secreto hasta la muerte. A nivel individual Lía es firme, espontánea hasta la brusquedad, pero también es muy resolutiva aunque no sea planificadora. Tía es muy perfeccionista, capaz de planificarlo todo y es súper responsable, pero cuando algo no sale como estaba previsto se bloquea, y carece de naturalidad y espontaneidad ante lo que surja. Mía es pura inocencia. Aunque tiene ya sus 33 años vive en su mundo feliz y no le afecta el caos externo a ese mundo. Es siempre optimista, cosa que viene bien a la dinámica del grupo aunque también nos vuelve un poco locas a veces a las demás.
El objetivo principal de la obra es hacer reír, y mucho a poder ser. Pero también en el fondo hay un mensaje que es que nada es lo que parece. Que los seres humanos tenemos que quitarnos nuestros prejuicios de una vez por toda. Los prejuicios son una jaula de miedo que nos atrapa y nos impide vivir experiencias y conocer a gente interesante. Que nos impide ser quiénes somos y ser felices con ello. Nadie es solo lo que se ve, nadie se define por su trabajo o sus gustos, sino que somos un puzle complejo de sentimientos que además cambia con las circunstancias. He querido mostrar al espectador que cree que un personaje será de una forma que al final será de otra, para sorprender y romper prejuicios.
Cómo mujer joven has tenido valor al aportar tu granito de arena, está tu primera obra, a la concienciación sobre el feminismo al romper estereotipos y demostrar que no hay etiquetas, sino personas. ¿Podemos esperar más obras reivindicativas de María Espejo en el futuro?
Por supuesto. Lo que no podéis es quedaros tranquilos porque esto es solo el principio. Vendrán muchas más obras, quizás haga saga de Mía, Tía y Lía, mostrando cómo evolucionan, quizás mostrando la maternidad, ya veremos (ríe). Sí que he querido mostrar a tres personajes femeninos para tumbar ciertas ideas como que las mujeres somos más serenas, que los hombres son más graciosos, etc. Y demostrar que no, que hay mujeres que están ‘de la olla’ y que hay actrices que son súper divertidas, así que tenía ganas de tener un cartel con tres mujeres en una comedia disparatada. Quería enseñar que no hay patrón de mujeres, sino tantas personas como mujeres hay. En el futuro veremos por dónde sigue esta historia.
Cómo buena jerezana empezaste la gira por tu ciudad natal y colgaste el cartel de ‘no hay entradas’. ¿Te esperabas tal recibimiento
Yo soy muy positiva, y siempre pienso que cuando hay trabajo y cariño detrás, las cosas llegan. Más tarde o más temprano, pero llegan. Y acepto mucho todo lo que llegue. Si llega algo bueno mejor, pero si no, a seguir trabajando hasta que otra cosa llegue. Y luego te sorprendes de ver cómo la gente responde, y eso es un gran regalo.
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