25 abril, 2024
Tras acostarnos anoche no muy tarde y aún con el sonido de los "Calacas" metido en nuestras cabezas nos dirigimos con nuestro particular paseo matutino hacia este segundo día que se presenta cargado de buenos artistas

Tras acostarnos anoche no muy tarde y aún con el sonido de los «Calacas» metido en nuestras cabezas nos dirigimos con nuestro particular paseo matutino hacia el pueblo. Paseo que siempre aprovechamos para cambiar opiniones y saborear aún más todo lo que este pueblo nos ofrece por unos días.

13:00

Nos encontramos a The Walking Stick Man solo en el escenario. Con su guitarra, con su camisa blanca y unas cuantas armónicas a su alrededor.

Jordi llaurens (W.S.M.) toca armónica, guitarra y bajo. Además ha compartido escenario nada menos que con James Harman, Hook Herrera, Carlos Segarra, Sharon Jones, Little Jenny, etc., etc. Lleva en estos muchos años, pero ahora le ha dado por empezar su carrera en solitario, presentando un directo más personal y directo. Algo que insufla carisma y buen hacer.

El ambiente de la plaza tan espectacular como siempre. Cientos de personas tomándose sus cervecitas y sus correspondientes tapas, escuchando blues negro, blues farrangoso de pantano, de New Orleans.

[one_half]Clásico en cuanto a ritmos y cadencias, y tremendo en cuanto a feedback con la gente. El disfrute se ve y se palpa en el contoneo de las personas.[/one_half]

Hoy empieza el día de blues propiamente dicho, y que mejor manera que hacerlo con él. Y la plaza de Santa María es siempre el mejor escenario para empezar un día que tiene pinta de ser largo e intenso, musicalmente hablando.

Bajo un solano arrollador, mitigado por carpas y sombrillas, y rodeado por un entorno natural endiabladamente bonito se encuentra el Escenario Plaza Gambrinus. La gente se cobija a la sombra, como los lagartos. Excepto un atajo de locos a pie de escenario (entre lso que nos hayamos, por supuesto).

El blues de W.S.M. se entremezcla con el rock al compás de “Mary Mary”.

Y para finalizar la armónica resuena al sol del mediodía como insuflada por el calor y el sudor de todos los presentes. Lo dicho, algo mágico.

14:00

Carlos Vudú y el Clan Jukebox  vienen presentando su primer trabajo “Cartas marcadas”, que salió a la venta en 2012.

[one_half]El sonido se mete en la piel del blues y el rock, pero sin dejar de lado cadencias más pop y alternativas. Todo se entremezcla para dar forma a una banda bien consolidada, con un sonido compacto, que suena a grupo trabajado y muy bien pensado.[/one_half]

Con un cover de “Correcaminos” de Extremoduro y tras dos o tres temas más de corte rockero, al fin llega la canción que abre su disco “Mira donde estoy”, y a partir de ahí el pop orgánico toma el escenario.

Entre su repertorio temas propios y ajenos, como el cover de “Hotel California”.

Si bien el sonido del grupo es muy bueno, quizás la temática de su actuación, basándome en lo alejado del blues que se posicionan, está dejando a la gente un poco desconcertados.

Cuando el rock hace su aparición, la cosa cambia. El corazón se anima y la cerveza se deja caer por nuestras gargantas. EL cuerpo se mueve impulsivamente y el espíritu echa a volar en este cielo azul mar.

La plaza llena a reventar despide a Carlos y su banda, no sin antes sacarle al menos un bis coreado por todos, al verso del estribillo “alta suciedad, basura de la alta suciedad”.

Carlos nos ha sorprendido por su buena voz, llena de registros y matices, con ese punto justo entre no haber roto nunca un plato y una chulería indecorosa.

Despedido finalmente con un coro de “otra, otra” nos ha quedado bien claro que son los temas rockeros los que han conseguido calar, y de esos encontrareis unos cuantos en su primer disco. Un disco que la verdad os recomendamos.

15:00

El folk llega a Cazorla de la mano de Tom´s Cabin, tras unos pequeños problemillas de sonido, que retrasan el comienzo del concierto unos minutos.

Según podíamos leer antes del concierto, la nota predominante iba a ser “un intimismo intenso y y una especie de metafísica de lo cotidiano”. No nos quedó nada claro con esa descripción, así que la verdad tenía interés por descubrirlo.

El calor aprieta de lo lindo y el sonido triste, como de corte indie aplaca el vigor de una garganta sedienta. Más bien enciende la espiritualidad de la naturaleza que nos rodea.

El grupo suena limpio y a conjunto pero quizás le falte el  toque “unificador” del que hacían gala hace sólo unos momentos Carlos y los suyos.

La actuación no se diferencia mucho de su disco. El carácter underground, inocente, a cielo nublado y té con pastas nos envuelve. La instrumentación basada en su guitarra y en una serie de sonidos peculiares crea un eco en la fachada de la iglesia y se dispersa como con colores.

Música suave para terminar un mediodía cargado de curiosidades y descubrimientos.

Momento para ir a descansar un rato y prepararnos para la tarde.

18:00

José Antonio García abre la tarde. A pleno sol, sin apenas sombras que nos cobijen el Escenario Auditorium se presenta ante nosotros.

Puntuales empiezan a sonar los primeros acordes de lo que empieza a ser el ritmo predominante en este escenario, blues tirando a rock clásico, muy movidito y cargado de energía.

A José Antonio, alias Pitos, no hace falta presentarlo mucho. Todos lo conocemos por 091 y posteriormente Sin Perdón, Mezcla y, actualmente, Guerrero García. Con este último lleva ya editado dos discos desde 2006.

A Cazorla viene a hacer lo que más le gusta, versionar canciones de los artistas que han marcado su carrera. Y así, junto a Iván Elena, Sergio Mariscal y Alfonso Alcalá consiguen llenar sala tras sala en los lugares donde van actuando.

Su actuación está llena de covers por todos conocidos. Podremos escuchar a The Beatles, Bill Withers, The Clash, Dr. Feelgood o White Lion, entre otros muchos. Todos ellos exacerbados por la voz carismática de Antonio y la fuerza del directo de su magistral banda.

19:00

[one_half]Quique Gómez & Luca Giordano Band incorporan una armónica y un blues más clásico. De corte pulcro y ritmos reglados, y los envuelve en un batiburrillo de sonidos que se nos pegan en los temas más arrastrados y nos desgarran como cuchillas en los más rockeros.[/one_half]

[one_half_last]Quique y Luca se conocieron en Chicago, y quizás por eso, o por sus grandes influencias de los clásicos como Bob Stronger, Eddie C. Campbell o Jimmy Burns, entre otros muchos hace que su blues suene a la vieja escuela de Chicago.[/one_half_last]

Luca ha tocado dos veces en el festival de blues de aquella ciudad, en 2008 y 2011. Actualmente toca con su banda italiana, con su amigo Quique y con Eric Guitar Davis. Además, de  tocar a veces con Deep Blues Trío, cuando quiere volver a sus inicios y hacer sesiones de jazzy interminables.

Lo más nuevo que podemos escuchar suyo es un trabajo en solitario llamado “My Kind os Blues”, que vió la luz el año pasado y que está recogiendo muy buenas críticas por lo que he leído.

[one_half]Pero si hablamos de su actuación hoy, la verdad es que tras unos temas iniciales algo más funkeros, casi todos los temas que nos encontramos son de corte blues clásico. Con instrumentación versátil y majestuosa. Armónica, guitarra y bajo en parafraseos de minutos para deleite del personal y de nuestras sufridas cabecitas al sol.[/one_half]

[one_half_last]Un directo de los que este año no se han prodigado mucho en el festival, y que curiosamente es lo que más ganas teníamos de ver. Blues de Chicago, de Luisiana, tocado con maestría y buen hacer. Que empatice con el personal y nos haga vibrar con su dialéctica.[/one_half_last]

20:30

Para poneros un poco en antecedentes King Bee, esta banda de raíces norteamericana, pero residentes en Madrid, toma los sonidos del Blues de los 50 de bandas como Muddy Waters, Jimmy Reed o Sonny Boy Williamson y los mezcla con el de Luisiana-New Orleans de Red Devils o The Fabolous Thunderbirds.

La pretensión es alta, pero tras unos minutos de verlos tocar la verdad es que se ajusta bastante a la realidad.

La armónica y la batería nos guían por unas calles llenas de casas de madera, por el calor de unos campos que aún están por cosechar. Por la vida sincera y humilde de unas gentes que donaron al mundo uno de los estilos musicales con más sentimientos de los que existen.

Unas palabras de agradecimiento tras los primeros dos temas. Agradecimiento mutuo dado el caso.

La actuación maneja la musicalidad de la vieja escuela con maestría, intercalando cuñas de ritmos más contemporáneos como el Rhythm & blues, para acompasarlos en esta caída d ela tarde.

El concierto termina con sonidos de armónicas, con sonidos evocadores de sudor y piel.

Se nos quedan las ganas de que empezara ahora, ahora que el fresquito ha hecho su aparición entre las montañas.

Es curioso ver la gente que asiste a este festival. Nos llama la atención no sólo las pintas del personal, sino su actitud siempre abiertas y listas para dejarse llevar y sorprender. Podemos ver gente vestida de pirata, de verde fosforito, con un disfraz que tiene que dar un calor impresionante, vemos sombreros de todo tipo, melenas moteras, polo lacoste, una barbaridad de camisetas oficiales de esta y de anteriores ediciones.

En fin, un abanico de personas compartiendo su amor por la música, y más concretamente, por el Blues.

Crónicas de los otros días:

Jueves Parte 1 y Parte 2

Viernes noche

Sábado tarde

Sábado noche

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