29 marzo, 2024
Los hermanos “Carapapa” presentaron una antologíade sus mayores éxitos en el Teatro Los Remedios de Sevilla.

 

La Sevilla más carnavalera se dio cita el pasado domingo en el Teatro Los Remedios para disfrutar de la comparsa de los hermanos “Carapapa”, esa Sevilla enamorada de los cuplés y los pasodobles, que en vísperas de la Navidad ya tiene mono de Carnaval, Falla y Cádiz.

Cuando un teatro se llena de Carnaval, cambian la atmósfera, el pueblo inunda el patio de butacas, la clase obrera más bulliciosa se da cita en un evento que genera una ambiente especial.

En Grecia el público que iba al teatro era partícipe, gritaban,tomaban posición a favor y en contra de los personajes, lloraban, se enfadaban,no era un teatro en silencio y oscuridad que es una moda burguesa, de “estar en su sitio”. El Carnaval parece que todavía guarda algo de ese espíritu griego, en clave carnavalera, de alegría y jolgorio. El público grita, anima,no es un participante mudo, sino que forma parte del espectáculo la implicación activa en el show y así se lo tomó el público sevillano que alentó en cadacuplé, en cada pasodoble y popurrí.

Los Carapapas, comenzaron como toda comparsa popular que se precie con su amor a Cádiz, a su barrio, a sus pescadores, a sus iguales, y sus letras transmitían pasión gaditana, sangre del pueblo, orgullo de clase, porque de ahí nace la mayor parte del repertorio de esta agrupación.

Pasodobles llenos de emoción, que tocan la fibra, y cuplés llenos de guasa, que sacan la sonrisa a los espectadores.

El momento álgido yo diría de toda la actuación fue el pasodoble sobre Cataluña, España, el nacionalismo de boquilla, de bandera, y ahora que el nacionalismo más rancio campa a sus anchas, Los Carapapas toman posición valiente,  “No me envenena, y como soy un ángel me la sudan las banderas, hasta puedo entender que luchen por su independencia, pues muchas veces a mí este país me da vergüenza”, comienzan a entonar.

“Me dan vergüenza los que mandaron la policía para moler a un pueblo a palos, y el patriotismo del que presumieron muchos españoles con las banderas en sus balcones. Yo no los vi sacar la banderita contra los ladrones, contra los recortes o por las pensiones, nunca los vi colgarla por la sanidad. Y por tantos parados que no pueden más”, cantan Los Ángeles dela Guarda, posicionándose ante esta herida abierta en la sociedad española.

Y siguen siendo valientes, educación, machismo, hambre: “Y cuando terminemos con tó los mangantes, cuando por fin no quede ni un solo niño que pase frío ni pase hambre, cuando no haya mujeres ni listas de nombres que mueren maltratadas a manos de un hombre. Cuando se aclare el futuro y no sea el culo en educación”

Y la traca final contra la Casa Real, la tauromaquia y gritando contra los muertos en las cunetas“Y cuando en esta nación hasta el rey pueda votarse, y si el cuñado robó, que lo pague con la cárcel; cuando se acabe la fiesta de la espada y la muleta, cuando ya no quede nadie enterrado en las cunetas… entonces ve adonde quieras, saca tu trozo de tela y presume de bandera”.

El pueblo puesto en pie,entregado, y recibiendo un discurso crítico con la visión dominante, pienso que hace más fuerza una comparsa que cincuenta discursos de políticos.

Y por supuesto, no todo es posición valiente, también es guasa y alegría, y amor, amor y desamor, poesía de la piel que emociona y pone la carne de gallina y que demuestra la sensibilidad de estos “Carapapas”.

¡La que habéis montado!

¡Chiquillooo!

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