19 marzo, 2024
Edu Quindós ha sabido hacer lo que han hecho otros antes que él y probablemente harán tras él, pero imprimiendo a la obra de una personalidad propia; de frescura natural, sin aditivos químicos forzados; de belleza cotidiana; de luz anaranjada de amanecer.

Cantante, compositor y actor catalán, Edu Quindós que tiene ya tres discos en el mercado, si contamos este Still Believe que ahora nos ocupa, es una de las nuevas caras polifacéticas que inundan el panorama cultural de nuestro país.

Empezando desde abajo, como antaño, y fijándose siempre en los grandes ha conseguido construirse poco a poco, peldaño a peldaño, una escalera que no tiene fin a la vista. Apadrinado por el sonido de su admirado Freddie y mecido por las ondas cambiantes de la vida misma que lo llevaban desde su primera aparición ante el público en la boda de su hermano, hasta su primer disco en solitario Stay with me, ha conseguido labrarse sin apenas dinero para promoción una carrera corta pero sólida.

Un viaje visto en muchas ocasiones, un andar pisando las huellas anteriores, un camino bien señalizado y transitado. Hasta aquí su lo que fue, pero lo que realmente nos importa es la parte de lo que será, y para esa hay que ser medio adivino, pues viendo la evolución compositiva exponencial de este chico de barrio se pierden un poco los referentes consabidos en este tipo de situaciones.

Si aún quieres leer más sobre su bibliografía te aliento a que te pases por el siguiente enlace, donde conocerás muchos más detalles de su corto pero intenso plano existencial.

Ahora  metámonos de lleno en su última obra, Still Believe, de nombre sugerente y casi embriagador, como de libro de autoayuda, como de eslogan de orador americano, como frase para las cajitas de viagra.

Y es que tras escuchar el disco el título le viene al pelo. Si quisiéramos resumir su nueva creación podríamos hacerlo en la frase “keep on moving, life is for living”. Y lo pongo en inglés porque al igual que sus anteriores largos este también se ha compuesto íntegramente en ese idioma. Lo que en un principio podría hacer recelar a algún lazy mind ciertamente dota al disco de una personalidad propia que lo acerca a sonidos extranjeros y que, aunque coquetea con la cotidianidad de la vida en español, al hacerlo en otro idioma queda como si nos contaran un cuento de una tierra lejana.

Los cortes se superponen haciendo que la línea argumental se difumine por momentos con cambios de registro, pero en ningún momento se pierde por completo. La vida, lo simple, el chocolate, la amistad, el amor adolescente, incondicional, casi carente de palabras, la alegría inocente de un nuevo día, las manos unidas que construyen un futuro juntas, la magia a nuestro alrededor. No se necesita más cuando unos ojos sabios saben ver todas esas cosas palpitando sin apenas control. Bueno si, quizás un momento de lucidez para conseguir explicarlo con cuatro acordes y dos estrofas.

Es en este aspecto donde se palpa el crecimiento exponencial al que hice referencia anteriormente. Edu Quindós coquetea con diferentes estilos musicales, pop, rock, algo de folk, cantautor, pero no lo hace para investigar sino como herramienta necesaria para dejar caer una sensación, para intentar describir un sentimiento ordinario, común y corriente.

Las razones por las que deberías escuchar este disco son bien simples, es un gustazo. Te podrás encontrar referencias a Damien Rice en la maravillosa adaptación de “New bright world” para Laura Soler, o a Crash Test Dummies en su deliciosa “mmm mmm mmm mmm”. No son plagios ni mucho menos, son la vida misma. Escuchas y sientes, expresas y reproduces lo vivido. Reconocerás acordes y frases, el disco no se ha concebido para la investigación, ni para el I+D, se ha creado para el sencillo propósito del disfrute personal. Si nos saltamos “You say I´m cold” y la que abre el disco “Chocolate” que son las más movidas y rockeras, el resto son casi arrumacos en los oídos.

En definitiva, un disco con una concepción positiva de la vida, con calidad compositiva e instrumental que se palpa desde el primer segundo. Uno de esos discos que empiezan a sonar y difícilmente podrás parar. Edu Quindós ha sabido hacer lo que han hecho otros antes que él y probablemente harán tras él, pero imprimiendo a la obra de una personalidad propia; de frescura natural, sin aditivos químicos forzados; de belleza cotidiana; de luz anaranjada de amanecer.

Web Oficial Comprar CD

About Author

DEJANOS TU COMENTARIO

Loading Facebook Comments ...

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.