25 abril, 2024

“Desiré” es una obra de corta duración, son sólo treinta intensos minutos. En este corto espacio de tiempo Desiré consigue robarnos el corazón, consigue que nos entreguemos por entero a la ternura que desprende y que hay debajo de esa capa de mujer de barrio, peleada con la suerte y con la desgracia impregnada en su piel.

Desiré es una mujer de cualquier barrio de este país, una valiente y una cobarde, una luchadora y una perdedora según se mire, porque como todo personaje bien construido, tiene múltiples aristas, es mucho más compleja de lo que parece a primera vista y esa es una de las grandes virtudes de esta obra, nos regala una historia de vida en la que de un modo u otro, todos y todas nos sentimos reflejados.

Teatro sin artificios, la potencia de “Desiré” está en el texto y su interpretación. Es un monólogo natural como la vida misma, tratado con una sensibilidad exquisita, que nace de la humildad y sencillez del personaje  y crece paulatinamente con la interpretación de Elena Mora, que llena de matices cada una de sus acciones, saboreando cada una de sus palabras. La joven actriz disfruta en escena y eso llega al público, tiene la máscara del personaje tan bien integrado, que Desiré podría hablar de lo que quiera.

La sensación que tienes cuando ves la obra es que te has colado en su vida, que eres un “vouyeur” que mira el corazón abierto de un ser humano.Un corazón víctima de un mundo cada vez más deshumanizado, mordido por la precariedad, y la desesperación, pero Desiré no da discursos, sino que sobrevive al día a día concoraje, siendo capaz de sacar una sonrisa al espectador tanto como emocionarlo.

A pesar de que el texto está muy bien estructurado, la obra se  nos hace corta, queremos más “Desiré”queremos conocer muchas más historias de esta heroína de barrio llena de ternura. Me atrevo a decir que no sólo para una obra de larga duración, algo que considero indispensable, sino para una serie. Desiré nos puede mostrar tantas historias de vida, es tan familiar, que tiene el potencial de convertirse en uno de esos personajes carismáticos y entrañables que todo el mundo conoce, con el que todo el mundo se siente identificado.

Gracias a espacios como La Casala Teatro tenemos la posibilidad de disfrutar de estos espectáculos de pequeña escala, aunque enormes en su calidad artística, larga vida a La Casala, larga vida a “Desiré” y larga vida al Teatro.

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