29 marzo, 2024
Que yo sepa, es la segunda vez que los míticos Storm actúan en la misma sala junto a Sweet Hole. En la primera ocasión se trataba de “dar la alternativa” a una nueva banda; esta segunda ha supuesto torear a medias: tres toros tres para cada uno de los diestros.

DULCE TORMENTA

SWEET HOLE

Desde mi posición privilegiada junto al escenario pude comprobar cómo el teclista apretaba el botón correspondiente a la intro de su concierto: una tormenta. ¿Una señal de respeto, una reverencia, un homenaje, un guiño? Nunca se sabe con esto del Rock Progresivo, pero dado el carácter innegablemente endogámico que parecen tener estas dos formaciones no me extrañaría un pelo.

Sweet Hole es un quinteto –guitarra, batería, teclados, bajo y voz- de Sevilla que acaba de grabar su segundo disco, “Retrospective”, en el estudio Altajo, producido por Diego Ruiz, el batería de Storm. El mismo Diego fue quien empleó hace unos dos años el término “dar la alternativa” cuando presentó en sociedad a la banda en la Sala Malandar. Esta noche, sin embargo, consideró que el grupo “ya tiene remos para navegar por su cuenta”. Y eso es más o menos cierto.

Han crecido, y se nota. Tanto, que las dos bandas compartieron teclista y, en algún momento, cantante. Ciertamente, el manejo de la maquinaria es efectivo por parte del teclas, que combinó sonidos de Mellotron, Hammond y otros sintes con soltura y gusto, llegándome a recordar en algún momento al finado Peter Bardens, de los míticos Camel. Javier es un cantante estupendo, con agudos realmente poderosos; sólo le falta mejorar un poco la dicción inglesa (y el discurso entre las canciones, ¿vale?). Tuve la oportunidad de escucharle cantar unas coplillas una noche a la orilla del río con una borrachera de tres pares de cojones (él, no yo; era incapaz de oír nada de lo que se le decía, e incluso gritaba) y puedo asegurar que su talento no se limita al Rock Progresivo. Su hermano David toca la batería, mucho mejor que cuando tuvo que sustituir a Edu López para terminar “Riddles Of Mind”, el primer disco. Tiene buenas partes de percusión y además posee una voz que secunda perfectamente la de Javier cuando el momento lo requiere.

Otros dos hermanos, los Durán (¡qué de hermanos hay esta noche!), tocan guitarras. Miguel es un buen hacha, pero en momentos clave (los más acústicos del “Roundabout” de los geniales Yes, por ejemplo) se pone un poco nervioso y no consigue las dinámicas deseables. Carlos, el bajista, utiliza ciertos pedales para adulterar el sonido de su instrumento, generalmente con excelentes resultados. La banda al completo posee mucha energía en los pasajes más rockeros de su música, y desluce un poco cuando juega con silencios y arranques complicados (siendo la gran afectada de esto su versión del “21st Century Schizoid Man” de King Crimson), aunque mantiene la actitud correcta y defiende con valentía su propuesta.

En cuanto a ésta, consistió en temas de sus dos discos, consiguiendo estar los mejores del primero (“Pseudoflashback” y “Beyond The Shield”) a la altura de los nuevos, algo que agradecí, pues el primer disco se me antojó algo largo y repetitivo salvo las citadas excepciones. Porque lo que sí advertí es una mejora evidente de las composiciones, más fluidas y alejadas de ese síndrome del Rock Progresivo mal entendido, que consiste en pegar partes, una detrás de otra, para formar un collage poco coherente pero que siempre puede ser defendido por original. Pudimos disfrutar de arreglos muy meritorios en interpretaciones a menudo excelentes. En cuanto pueda procuraré hacerme con el disco.

STORM

… y los hermanos Ruiz Geniz tomaron sus instrumentos. Al bajo, José Ramón Torres, al teclado, el susodicho de Sweet Hole. Como siempre, lo primero que llama la atención de esta banda es la potencia del batería, Diego. Es descomunal. El doble bombo de “La tormenta llegará” nos llegó hasta el tuétano. Y además canta. Tampoco para tirar cohetes, porque las voces nunca fueron el fuerte de estos sevillanos, pero eso es lo de menos. El primer cantante que tuvieron ya me contó una vez que cuando telonearon a Queen en Barcelona, allá por 1974, en la primera visita del combo británico a nuestro país, a Roger Taylor le daba miedo salir después de lo que había visto y oído. Eran los “Deep Purple españoles”, o eso decían por ahí. Yo me lo creo, aunque en escena mantienen una sonoridad en apariencia simple, casi Ramone, pero con Cruzcampo como modus vivendi.

En cualquier caso, presentan nuevo disco: “Trilogía, del que “Caja de metal, una balada lo suficientemente potente como para destrozar una baqueta, fue una muestra elocuente. Se embarcaron luego en una extensa jam instrumental, donde comprobamos que el otro Ruiz, Ángel, tampoco es manco a la guitarra. Su labor destacó cuando José Ramón le liberó de tareas vocales en un tema en el que dejaron claro que también saben utilizar dinámicas (y sacar lo mejor del teclista de Sweet Hole). “It’s All Right, himno efectivo, festivo y primario, cerró su set. Por el momento, porque tras un breve retorno de Sweet Hole (“Roundabout incluido, amén del single del nuevo disco) en el que Javier se salió, salieron de nuevo a escena para contar con éste en una versión atronadora de “Highway Star”, con excelentes aportaciones de todos los implicados.

Fue el final del concierto en lo estrictamente musical, que no de la noche, pues se procedió al sorteo de un carnet de moto. Vamos, ese tipo de cosas que sólo ocurren en Sevilla.

Podrás ver todas las fotografía del concierto AQUí

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1 comentario en «Crónica The Storm/Sweet Hole en la Sala Luxury el 11/01/2014»

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