19 abril, 2024
En dos palabras: im presionante, como diría el otrora "genio" de la tauromaquia. Una sola palabra no basta para describir la unión sobre el mismo escenario de dos grandes con mayúsculas consagrados con sudor e indiscutible merecimiento dentro del Olimpo de los dioses del soul.

27 de Junio. Londres

Fotografías: Jazz Fest Wien Team

En dos palabras: im presionante, como diría el otrora «genio» de la tauromaquia. Una sola palabra no basta para describir la unión sobre el mismo escenario de dos grandes con mayúsculas consagrados con sudor e indiscutible merecimiento dentro del Olimpo de los dioses del soul.

Los pasos de estos dos artistas parecían predestinados a unirse. Tras una larga vida navegando por las amargas aguas del mundo de la música, ambos han alcanzado incomprensiblemente la fama de forma tardía, y en ambos casos su propuesta musical nos acerca al soul más puro y profundo, en un intento de resucitar y rescatar del ostracismo el espíritu primitivo de la década de los 60 y 70. Bajo esta filosofía, fueron captados por Daptone Récords.

Sin duda alguna, este sello discográfico se ha ganado nuestra eterna gratitud (bueno, y nuestros 40 pounds por barba) por el hecho de unir bajo sus filas a estas ya, leyendas vivas de la música. En la gira europea de su espectáculo, para nuestra suerte Londres no podía estar ausente, en este caso en la sala O2 Shepherd’s Bush Empire.

Desafortunadamente, a causa de un malentendido idiomático no nos fue posible acceder con la cámara de fotos, con lo cual vuestra fotógrafa se quedo sin trabajo en la noche de hoy, viéndose abocada al puro disfrute del espectáculo.  ¡Qué pena, eh!!

Tras una breve sesión ambientada por el  Dj Perry Louis, dio comienzo la que a la postre resultó una noche memorable. Con The Dap-Kings sobre el escenario y bajo la batuta de Binky Griptite, el cual ejerció una vez más de inapelable maestro de ceremonias, el dúo de vocalistas Saun and Starr hizo su aparición.

Con el bagaje de haber formado parte del acompañamiento musical de Ms Jones bajo el nombre de «The Dappettes», por fin les ha llegado el momento de dar un paso al frente y se encuentran ultimando la grabación de su álbum debut. Para endulzarnos la espera, podemos ir disfrutando de un pequeño aperitivo en formato 7” que se ha puesto recientemente en el mercado y que incluye dos singles «Hot shot» y «Gonna Make Time».

Vestidas de un blanco radiante y acompañadas por The Dap-Kings sincronizaron sus portentosas dotes vocales en una  actuación sólida, dinámica, sin fisuras. La manera en que sus voces se complementan sin esfuerzo y sus cadencias se ven entrelazadas en un baile vocal resulta sencillamente deliciosa. Su propuesta, de apenas media hora, fue una compensada y deliciosa amalgama de ritmos afro, reggae, soul y funk. La puesta en escena fue llevada a cabo con saber hacer y criterio, cualidades que sin duda les han hecho merecedoras del favor del sello discográfico. Esperaremos ansiosos el lanzamiento de este talentoso dueto que seguro dará que hablar.

Sin pausa alguna llegó la propuesta de Sugarman 3. Liderados por Neal Sugarman, saxofonista de The Dap Kings y cofundador de Daptone, nos ofrecieron su personal “Rare Groove”, género originalmente asociado al deep funk, incorporando elementosdeljazz fusion, latin jazz, soul, R&B, northern soul y disco.

Durante el transcurso de un tema instrumental, durante el cual los músicos hicieron pequeños lucimientos personales, apareció en escena, sin previo aviso, una figura vestida de negro, con camisa de lentejuelas doradas abierta hasta el pecho, a juego con sus zapatos. El público comenzó a gritar, y no era para menos. Si queridos amantes del soul y del funk, era él, el grande, el inconmensurable Charles Bradley.

Haciendo gala de una impactante puesta en escena, y con edad de ser abuelo, su envidiable energía inundo cada rincón del escenario. A su poderosa voz, esta bestia del soul añadió la fuerza de su cuerpo, deleitando a los asistentes con un no menos inconmensurable derroche físico, incluyendo baile robot e incluso un spaghetti (lógicamente la flexibilidad a cierta edad ya remite, pero se agradece el intento y el esfuerzo)

Charles habla desde el corazón, y en un viaje de ida y vuelta su voz llega al corazón. Su música se muestra cercana y tangible a la par que próxima al alma.

La inhumana voz de Charles nos ofreció un recital a lo largo de diez de sus magníficos temas incluidos en sus dos álbumes, intercalando energéticos con alguno más íntimos.

 A gusto personal, echamos en falta «No time for dreaming» tema que da nombre a su primer disco y que no nos cansaremos de escuchar. No faltó sin embargo  «Why is it so hard», con el que puso un broche de oro a unos cuarenta minutos que nos costara tiempo olvidar.  Con más de 50 años sobre las tablas, sin embargo sólo cuenta con dos discos de estudio en el mercado. La vida demuestra no ser siempre fácil, incluso si estas bendecido con una voz prodigiosa. Para aquellos interesados en saber un poco más acerca de su interesante  biografía recomendamos el documental «Soul of América» que narra su dramática vida desde su infancia en Florida.

Durante su actuación, Charles se entregó al público, tanto en sentido metafórico como literal. Así, al poner punto final a su actuación escogió como vía de salida el calor del público. Se bajó del escenario y se sumergió generosamente en un baño de abrazos y consabidas fotografías entre una multitud agradecida.

Mientras Charles se dejaba querer por su público los ritmos afrobeat de Duke Amayo y sus Antibalas creaban una atmósfera única. Siguiendo la estela del mítico Fela Kuti, (de hecho ha colaborado en varias ocasiones con los componentes de las famosas Fela  Kuti’s Afrika 70 and Egypt 80) sus ritmos ahondan marcadamente en los sonidos africanos y cubanos, y se ven enriquecidos con la incorporación de elementos provenientes del jazz, funk y dub.

Cabe decir que, aunque la propuesta fue interesante, quizás fue la más floja. Como lanza a su favor, no es fácil actuar entre dos cabezas de cartel del peso de Charles y Sharon.

The Dap Kings reclamaron de nuevo su papel protagonista y se hicieron con el escenario, bajo la talentosa batuta de Gabe Roth, majestuoso del bajo y cofundador del sello discográfico al que debemos la noche de hoy. Junto a ellos, aparecía la fuerza y entrega de Ms Jones, dueña y señora de la noche. Las incombustibles Saun and Starr se encargaron una vez más, tal y como ya habían hecho con Charles, del acompañamiento vocal.

El carisma y la garra de esta diva, más que digna sucesora de Tina Turner, se vio reflejado en cada una de las notas que su prodigiosa voz. Hubo momentos también para las confidencias con el foro, comentando su experiencia batallando el cáncer. La entrega y la sintonía con el público era total.

Estábamos ante una actuación imponente que se vio apoyada en varios momentos por la colaboración de inesperados maestros de baile. Un joven asistente, un miembro del staff con un increíble peinado afro y finalmente el Dj de la noche fueron invitados a compartir escenario. Con este último se produjo un mano a mano (o más bien pie a pie) ejecutando variopintos pasos de baile. Así, tras deleitarnos con el Boogaloo, el Turkey y el Funky Chicken le llegó el turno a los integrantes de la banda de mostrar sus habilidades.

Se acercaba el final, y cuando Sharon abandonó el escenario quedaban diez minutos para la hora prevista por la organización. Conociendo a los ingleses, era patente que habría una última sorpresa. La hubo, y de las buenas. El escenario se llenó con todos los talentos de los que ya habíamos tenido la suerte de disfrutar, en una interpretación conjunta del tema de Sly and the Family Stone «It’s A Family Affair».

Una noche perfecta.

Nota: Queremos agradecer las fotografías y el vídeo a Jazz Fest Wien, y si alguno sabe alemán, os aconsejamos que leáis también su estupenda crónica

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