29 marzo, 2024
Concierto íntimo y muy personal el que nos ofreció Marina Gallardo el pasado miércoles 14 de Agosto en el Nocturama

Una noche calurosa como pocas, unos 35° a las 10 de la noche. El calor del asfalto sube hasta nuestras cabezas. Esto promete.

Estamos deseando que empiece el concierto para que la buena música refresque nuestras mentes.

[one_half]Sobre las 10:45 los primeros acordes de “Climbing The Walls” empiezan a sonar. Comenzamos con un tema de su segundo trabajo Some Monsters Die And Others Return.[/one_half]

El concierto empieza con ritmos lentos, como fríos témpanos o gotas de lluvia rozando el cristal de una ventana.

Como pudimos leer en su entrevista los que esta noche le acompañan son Isidro Lucuix al bajo, Carlos Moreno a la guitarra y Pepe Benítez a la batería.

El sonido down-tempo del que hace gala en su último trabajo se ve reflejado muy bien en directo con “The War inside”. Las influencias decadentes y alternativas de grupos tan variopintos como Russian Red, Damien Rice o Aaron Thomas se entremezclan con una necesidad para expresarse como le sale de dentro.

Algo íntimo y personal que a la vez suena a ya escuchado anteriormente. Algo que se nos presenta cercano y reconocible.

 Con “The swimmer”, también de su último trabajo el contoneo de sus caderas nos embelesa, al igual que la desconcertante voz que nos irradia cuentos fantasmagóricos escondidos tras ritmos oscuros de guitarras resquebrajadas.

[one_half]Un escueto «Buenas noches» sirve de presentación mientras los instrumentos terminan de ser afinados.[/one_half]

[one_half_last]Los estados alterados por los que estamos pasando están dejando a la gente muda en sus asientos. Entre tema y tema no se escucha ni un solo sonido.[/one_half_last]

Sigue sonando su último trabajo con “Longer days”.

[one_half]Desconcierto, esa es la palabra para describir lo que sentimos con estos temas en directo. Porque son temas bonitos y lo sientes, pero a la vez te dejan una cierta inquietud en el alma. Desconcertante.[/one_half]

Tal y como nos dijo en la entrevista «Tears» aparece con un cambio instrumental, con ella a los teclados. Un tema que suena igual que en el disco. Un gran trabajo para reproducir el sonido y, sin duda, uno de los temas más bonitos de la noche.

So Glad” con Marina al teclado sirve de preámbulo a “Recurrent Dream”, que llega sin el comienzo de batería al principio que escuchamos en el disco.

Vuelve a retomar la guitarra para un tema a medio tiempo que cambia algo el ritmo de los últimos cortes. Algo más rápido y mas folk/country.

Algo mas americanizado donde un ordenador hace las veces de ayuda logística en cuanto a ritmos y sonidos que no están en el escenario. Todo muy cuidado y depurado.

Sonidos árabes  se entremezclan con experimentación al teclado y la guitarra para el corte «Going to».

Un amasijo de sonidos marroquíes y juego de luces algo psicotrónico que presagia una descomposición mental. Un descalabro de las ideas y del yo personalizado, para adentrarnos en algo desconocido, caótico y sin reglas predefinidas. ¿Quien no se ha sentido así alguna vez?

“In A Frame Of My Real Temp” de su primer disco y “New worlds” del segundo nos sorprenden por tener un comienzo mucho más instrumental y lleno de «some music band»

Encontramos un pequeño problema en todo este revoltijo sonoro. Y es que, su voz es apenas perceptible. Si le unimos eso a un tono continuo y muy medido, y a que la letra no se entiende en absoluto, llegamos a una especie de quiero y no puedo que retiene un poco las ansias de la gente por llegar a disfrutar completamente del concierto.

Para paliar un poco estos pensamientos le toca el turno a un tema inédito “Bright Light”. Que aunque, no ha entrado en ninguno de sus anteriores discos, sí que ya llevan un tiempo tocándolo en directo. ¿Formará parte del siguiente trabajo?

De nuevo la inquietante atmósfera saturada de ruido y acordes resuenan por todo el jardín con “Cold Eye”. Caos medido y sucio lleno de pasión y catástrofe.

Un fin de fiesta por todo lo alto para un concierto que, para ser sinceros, nos ha dejado un poco fríos.

Tal vez fuera su voz monocromática, la lírica que no se terminaba de entender o simplemente que el público hoy no estaba receptivo.

Sea como fuere nos ha quedado un sabor de boca agridulce tras verla en directo. Creemos que ella tiene mucho más que ofrecernos, pues ganas, ilusión y pasión no le faltan.

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