20 abril, 2024
Cuando uno acude a ver a esta dama espera ver talento, porque lo demuestra en sus álbumes, pero un talento más pausado e íntimo, no esta maravilla que tuvo lugar en la sala But y que me atrevo a decir que nos deja a la mayoría noqueados y con ganas de seguirla allá por donde vaya.

Se prevé uno de esos años en los que bastantes artistas internacionales se dejan caer no solo por nuestro país sino también por la capital (olvidada por otros grandes donde solo se dejan ver por Barcelona). Estamos de enhorabuena y el caso de Ayo es uno de los motivos.

Con discos que acontecen un soul más relajado, más acústico, con toques reggaes y sin grande pretensiones, viene a presentarnos su último álbum dentro del festival cultura inquieta (que tantas alegrías nos está dando y que va creciendo cada año para nuestro beneficio).
Para no ser una de las artistas que más destaque dentro del género, la sala va llenándose lentamente para dar paso al comienzo media hora más tarde.

Con unos acordes de guitarra hace su entrada acompañada de una gran sonrisa y el tema “I´m Walking” de su nuevo trabajo. Continua la apuesta con esos ritmos marcados por cuerdas y percusión y un ritmo sosegado con “Hullaboo” para dar paso  al tema «I am not afraid«, convirtiendo el final de esta en una auténtica fiesta dando paso a  un tema de tintes reggae “Who”, tema directo que encandila desde la primera escucha y digno de poner en modo “replay”.

Cambiamos totalmente de registro con la banda al completo para traernos un aroma que bebe de sonidos africanos y que es otra de las caras de este talento. Destacar la capacidad para enriquecer las canciones, alargarlas, realizar distintos giros y hacerlas crecer en directo sin que se haga en ningún momento pesado. Comunica sus opiniones o las introducciones con el público cantando y creándose una especie de” jam” ( improvisaciones que tendremos el enorme placer de disfrutar a lo largo del espectáculo)

Con «I Wonder«, tema de Sixto Rodriguez, saboreamos cierto toque añejo en su versión a ese soul proveniente de la Motown (con un ritmo más marcado que en el disco), tal y  como se encarga de  explicar una vez ha finalizado  para continuar su homenaje a este sello con una versión de «I, ll be there» ,la cual no le sienta nada mal.

El batería, Charles Haynes, es un portento que la acompaña y sabe elevar lo que estamos presenciando (sin menospreciar al resto de talentos que están allí presentes lo cuales  también tendrán su hueco a lo largo de la hora y media de duración), una máquina incombustible el cual no nos deja respirar entre un tema y otro y que junto con el resto del equipo nos dejara en más de una ocasión atónitos ante lo vivenciado.

La intro que se marca la banda de manera íntima con la trompeta del tema «And it´s supposed to be love» es otra gran delicia de las que llevamos vividas en cuestión de poco tiempo.

Se pueden destacar muchos más momentos sobresalientes de la noche como el intro del bajo y la atmósfera creada en la canción “I need you«, seguido del dúo batería-voz  con guitarra que nos transmite de nuevo al continente madre con el tema «Life is real» de su primer disco.

Con “Wouldn´t be better” nos da la oportunidad de que el público hagamos los coros. Una canción más cerca del neosoul , de ese soul más oscuro.

El supuesto final antes del supuesto “bis” suena apoteósico con toda la banda junta y el  bajo a la cabeza recopilando y finalizando lo vivido en compañía de unas luces  rápidas que dejan ver poco de lo que pasa en el escenario.

Para sorpresa de todos comienza a cantar sin verla cuando nos damos cuenta que está en medio del público y para mayor sorpresa aún,comienza a rapear (si ya estaba claro que bebe de fuentes como Lauryn Hill, con esto demuestra que la alumna puede superar a la maestra en un futuro no muy lejano) el tema “Complain”. No se puede pedir nada más.

Ahora sí que llega el final con “Slow, Slow (run,run)”,  una sala gritando y aplaudiendo de forma estruendosa pidiendo más.  Sin mayor opción, vuelven a salir para regalarnos su tema más aclamado, y por la respuesta del público creo que el más conocido de los allí presentes “Down on my knees”. El rap de “Ticket to the world” y “Fire” pone el broche de oro a esta maravillosa jornada y deja a la sala, tal y como aclama el tema, “On Fire”.

Esto es Ayo, expresión, letras y mucho sentimiento.  Cumple ese «less is more«, donde demuestra que no necesita artificios para hacer buena música y lo que es aún mejor, un buen concierto. Ha demostrado ser de esos pocos artistas que les gusta salir de su zona de confort y seguir creciendo, eso sí, rodeados de instrumentistas que estén a la altura.

Cuando uno acude a  ver a esta dama espera ver talento, porque lo demuestra en sus álbumes, pero un talento más pausado e íntimo, no esta maravilla que tuvo lugar en la sala But y que me atrevo a decir que nos deja a la mayoría noqueados y con ganas de seguirla allá por donde vaya.

Fotos cedidas muy amablemente por  «Alquimia Sonora»  Fotógrafo Alberto Alonso. Os recomendamos su maravillosa crónica, además de poder ver muchas más fotografías de esa noche.

Vídeo por Summum Music

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