19 abril, 2024
Si a la enjundia musical le sumas una localización imponente, la simpatía de los marteños y esa piscina con vistas, el sujeto estará probablemente preguntándote a qué hora salís
Miraflores
Miraflores

Si a un ciudadano del interior, conocedor de los rigores del verano, lo invitas a desplazarse un fin de semana de agosto a otra localidad situada aún más en el interior, puede incluso ofenderse. Si a esa misma persona -melómana hasta donde sabemos- le muestras un cartel como el que lucía Vértigo Estival en su edición 2016, lo más probable es que cambie de opinión. Si a la enjundia musical le sumas la localización imponente, la simpatía de los marteños y esa piscina con vistas, el sujeto estará preguntándote a qué hora salís.

Una experiencia por disfrutar de entornos familiares, audiencia cómoda y buen sonido. Uno de esos festivales a pequeña escala que aún se hacen con el corazón. El mismo con el que M.O.R. abrió la veda el pasado viernes. Los gaditanos se están prodigando por escenarios de toda Andalucía, engrosando su curriculum y sumergiéndonos en una suerte de laboratorio musical con mucho flow.

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M.O.R.

Ganadores del concurso Nueva Escena Independiente y cargados de un space pop elegante, muy elaborado, que tuvo su inicio con «Soho» y «Booooom!!!». No podía faltar “Up Shaka Ohm”, la potente “Phase and Soul” ni esa «Satellites» que ya suena a hit. Déjense iniciar en el elegante experimento de esta tribu que mezcla hipnóticos paisajes ambientales con amplias influencias electrónicas y la psicodelia como catalizador.

Con el tiempo justo de despachar una cerveza, Trepàt se subió al escenario para quedarse el resto del fin de semana. Y es que los granadinos juegan con unos estribillos tan pegadizos que uno se sorprende canturreando «arranca, arranca, arranca» incluso horas (y días) después. El caso es que la fórmula funciona. Cuando se alían buen sonido, atmósferas inquietantes y un frontman polivalente, el resultado es un público entregado que se desvivió con «El amor está en la tierra», «Torturas en los bares», «Crack» o «Retrofestiva».

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Trepàt

Lo de Juventud Juché fue un acierto. El trío trabaja a la contra, con la sección rítmica como protagonista y sus letras, pese a derramarse casi a gritos, habitan en un segundo plano. Rabiosos, frescos y breves, fieles al post-punk que transpiran, el directo mejora la ya gratificante experiencia de su último trabajo homónimo. Para suavizar el ambiente, llegó el power pop, el oficio y el saber estar de Gigolo Aunts. Más power en cuanto al volumen y más pop por el contenido. La vuelta de la banda a los escenarios congregó a algunos de sus incondicionales que vieron colmados sus anhelos con un repertorio variado de sonido impecable que incluyó «The girl from yesterday», cover de nuestra «Chica de ayer».

Gigolo Aunts
Gigolo Aunts

No sabíamos que minutos más tarde llegaría la absoluta locura. Capsula, la viva imagen del show business, fue capaz de lo imposible: levantar Martos a las 2 de la mañana. Los bonaerenses se comportaron como auténticas estrellas del rock a base de saltos, guitarrazos, potencia y conexión con el público.

Una presencia intachable que llevó a Martin a deambular entre el público pidiendo guerra y vaya si la encontró. «Communication», «Candel, candle», «El infierno» -muy oportuna- o «I need somebody» se incluyeron en un repertorio que nos dejó con las secuelas inherentes a un buen encuentro. Sudados, sonrientes y pidiendo más.

Capsula
Capsula

Si sobrevives a la piscina, lo demás es pan comido

Porque no sólo se trataba de intentar levantarse para los desayunos acústicos -que ya era difícil- sino lograr llegar a la piscina municipal, coger sombra y ticket de paella. Porque Kurt Baker Combo y todo su buen rollo comenzaron a sonar en el Escenario Malibú sobre las 13.30, antes de que lo hiciera Perlita y sus ensoñaciones electrónicas, que se ocupó de la franja del mediodía. Midiendo las cervezas para llegar semi indemnes al programa nocturno, la piscina se antojaba un oasis estepario del que costaba escapar.

Miraflores
Miraflores

Claro que si eran los infernales Miraflores quienes iniciaban el programa del sábado, tocaba ser puntual. La banda abrió una brecha de irrealidad y paroxismo en la sierra sur de Jaén. Atronando como un martillo neumático y navegando en ese noise rock enlodado que tanto salpica y les diferencia. Con la presencia imprescindible de Emilio, un frontman histriónico, eléctrico y belicoso que conduce con maneras de capitán perturbado esta armada inexpugnable.

Miraflores
Miraflores

Autumn Comets resultaron un mar de calma tras la descarga de los sevillanos pese a que su planteamiento no está exento de decibelios. La banda shoegaze de la jornada presentó una propuesta post-rock solvente e interesante, con guitarras punzantes y el toque justo de sintetizadores. Incluyeron algunos coqueteos con letras en español y cortes como «Baltimore», inspirado según aclararon en la serie The wire. Apuntados quedan en la lista de grupos en los que profundizar.

Autumn Comets
Autumn Comets

Jugaban en casa pese a que su directo nos pilló un tanto fuera de juego. Hablamos de Automatics, los siguientes en subir al escenario. Los de Linares no terminaron de hallar un hueco para su noise pop entre tanta reverberación. Pese a que se adivinaban algunos destellos de lucidez, el bolo resultó un tanto plano y su discurrir no terminó de enganchar a los presentes.

Nadie como Sex Museum para sacar músculo y cerrar el cartel con las pulsaciones a ritmo de auténtico rock and roll. Toda una institución que demostró por qué son ya treinta los años que llevan en el candelero. Y de qué manera. La magistral guitarra y los divertidos soliloquios de Fernando Pardo«Nosotros podemos ir en metro pero ¿os imagináis a Bunbury en metro?»– contrastaban con las convulsiones y el ritmo frenético de su hermano Miguel. Una primera plana completada por Marta, la mano que mece los teclados (y algo más) y Javier Vacas con su bajo indestructible. Jota sustituyó honorablemente a Loza a la batería.

Sex Museum
Sex Museum

«Wassa Massa» inició un recorrido vertiginoso que pasó por «Have love, will travel» o «Two sisters» e incluyó el arrollador mashup de “Smoke on the Water” (Deep Purple) y “(You Gotta) Fight For Your Right (To Party)” de Beastie Boys. Con la fiesta, nunca mejor dicho, más que montada, «Street fight» fue una auténtica descarga eléctrica. El voltaje aumentó su intensidad cuando las cuerdas nos hicieron danzar en su última acometida, «Danger! High Voltage», el primer y último respiro de un show impecable.

Feliz elección, sin duda, este viaje que se convertirá en romería obligada cada verano si su programación continúa la misma línea de sus, ya, doce ediciones. El vértigo, esa ilusión de movimiento y giro, nos colocó en el lugar y momento adecuados. El año que viene debería colocarte a ti también.

 

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