Fotografías de Belén Sánchez
El pasado 22 de abril nos vestimos con nuestras mejores galas y nos echamos a la calle, concretamente a la mítica plaza de la Alameda de Sevilla y a su, más mítica aún, Sala Funclub. El motivo estaba justificado y se resume en un par de nombres: Mystic Queen y Vera Fauna.
Los primeros, gaditanos, fueron quienes abrieron la noche de viernes. Venían debutando a Sevilla y nos traían una fusión de Rock progresivo, Funk y Psicodelia muy acertada. “Entorna bien los ojos del corazón, si quieres yo voy contigo, que este lugar nos va a acabar gustando, nos va a acabar helando” así, con esta dosis de “Endorfina Park” comienzan su actuación que continuó con una larga “Marcha” que se nos acabó haciendo muy corta y por la que pasaron perlas como “Re”, “La Nada”, “Corazón” o “La Mordaza”, sin olvidar esos “Sueños Viejos” que le dan nombre a ese primer disco que comienzan a preparar este mes de mayo. También hubo hueco para hacer un homenaje a la banda que colocó al Punk en lo más alto dentro de la escena musical mundial: “Heart- Shaped Box” de Nirvana fue un regalo que probablemente no merecíamos, pero con el que desde luego nos terminaron de ganar. Luis Miguel Partera, Jaime Hortelano, Paco Jácome y Arturo Zayas “vienen a arrancar el pulso a golpes y arrebatar el corazón que se esconde en el hogar” y en Sevilla volveremos a dejarnos hacer todo eso y más cuando volváis, esperemos que muy pronto.
El segundo tiempo fue de categoría. Hoy todo está en internet y no estar parece ser sinónimo de no estar en el mundo, de no ser. A Vera Fauna se les conoce del Día de la Marmota y del Ciclo Cardioide y esto es más que suficiente para que esa noche se petara la Funclub. Su historia no es un recuento de reproducciones en Youtube, sino de almas conquistadas. El viernes Sevilla les demostró que no solo quiere conocerlos, sino que también quiere cantarlos y bailarlos; y la sala vibró y brincó una tras otra todas esas canciones que esperamos poder encontrar pronto y escuchar mucho.
El festín de rock psicodélico derrochado con el tinte andaluz que tanto representa a los rockeros de por aquí, comenzó con una “Ciudad Muerta” más viva que nunca, como vivos estaban quienes tocaban los corazones a través de una perfecta guitarra eléctrica que jugaba al tetris, encajando hábilmente, con unos acertadísimos sones de bajo. Javi Blanco y Jaime de Sobrino enamoraron porque enamorados estaban sus instrumentos sobre el escenario.
Le siguieron “La reina de la pizarra” y “Marco Antonio”. El público estaba disfrutando y ellos también. Estaban tranquilos sobre un escenario que ya les acogió el año pasado y que, en esta ocasión, hicieron absolutamente suyo. El buen rollo entre ellos se palpa y lo trasmiten al público, ese que los conoce porque va a verlos: que no espera a encontrarlos on-line, sino que va a buscarlos on-site.
Y así transcurrió la noche entre “Quiebro y nada”, “Lago” y “Fuga” y un divertidísimo Kike Suárez dando paso a esas canciones que después interpretó con mucho más arte, si cabe, que con el que las presentó.
Si hay que destacar algo es la magnífica base rítmica que se estaba marcando Juanlu Romero a la batería, buscando y haciendo música, que es lo que a él le importa: que la cosa suene bien. Y la cosa sonó tan bien que parecía de otro planeta, del “Planeta rojo”.
Yo no sé si a ellos se les “seca la garganta de pedir perdón” lo que si se es que esa noche al público que les escogió se le secó de pedir una, por desgracia, última “Animalada” que puso el broche de oro a una noche de espectáculo en la que Vera Fauna hizo gala a su nombre y sacó nuestros instintos más primarios dejándonos con un buen sabor de boca y deseos de mucho más; igual, porque no quepo a imaginarlo mejor de lo que ya fue.
About Author
DEJANOS TU COMENTARIO