24 abril, 2024
Alice & The Wonders han creado un disco a medio camino entre el Swing de los años 20 y el Soul de los 50. Como ellos mismos dicen, un “vintage” sin llegar a ser un “revival”.

El pasado 3 de Abril salía a la calle el primer EP de Alice & The Wonders de nombre homónimo. Si aun no los conocéis no os preocupéis, estos chicos han llegado directamente para quedarse.

Dentro de la nueva y emergente escena Soul catalana José Luis Pérez, Otger Garcia y Alexandra Rueda nos regalan uno de esos discos que en cuanto empiezas a escucharlo se te eriza la piel.

Empezando por la voz de Alexandra, con un amplio registro vocal y que sabe adaptarse perfectamente a los distintos “tempos” que se dan en el EP y terminando por el cuidado apartado instrumental con un amplio abanico de elementos de percusión y viento, la verdad es que impresiona que sea un primer trabajo.

No es de extrañar que la calidad de los grupos que están saliendo en Barcelona deba ser muy alta, hay mucha competencia y eso siempre es bueno, tanto para el artista como para el oyente. Sin embargo, como debe ser, también cada uno aporta su impronta, su carácter y su manera de entender la música.

En este aspecto Alice & The Wonders han creado un disco a medio camino entre el Swing de los años 20 y el Soul de los 50. Como ellos mismos dicen, un “vintage” sin llegar a ser un “revival”. Y es que lejos de grabar en una mesa de 16 pistas, lejos de tomar los utensilios propios de la época han preferido tomar prestados los avances actuales en el estudio y llevárselos con ellos atrás en el tiempo. Y el resultado no podría ser mejor.

Apenas 4 temas, apenas 10 minutos que de lo rápido que se pasan os aseguro que pondréis en bucle una y otra vez.

Toda una declaración de intenciones en forma de recuerdo orgánico, de sentimiento a flor de piel y mezcla de géneros con vientos. El tema que los puso en escena “Stronger than ever” es quizás el de corte más “para todos los públicos”, entra muy bien y te prepara a la perfección para el Swing de “Burn”, a medio camino entre el cabaret de principios de siglo y el blue-eyed soul inglés.

Pero sin duda uno de los temas que más me gustan es “Imperfect Man”, una base del Boogie más clásico, al estilo «Oogie Boogie’s Song» con una de esas voces de altos inalcanzables. Genial.

Y para terminar toda la insinuación de “In my Black Coffin”, con la delicadeza que da el Rhythm and blues y los vientos de trompeta y saxo cuando los ritmos latinos cogen el relevo y dejan entrever parte del calor que emana de dentro.

En definitiva, 4 cortes que dejan muy buen sabor de boca y de los que esperamos que pronto se conviertan en un largo, porque esto sabe a poco.

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