«La delicia de un soul que extiende raíces»
Llega la primavera y el veranito, y con ellos un aluvión de buenas noticias para nosotros, los amantes de la buena música negra.
Últimamente no nos podemos quejar, con la cantidad de buenísimos grupos españoles que nos sorprenden cada día, metiéndose e investigando en las raíces de este maravilloso género musical.
Pero hoy no os traigo nada nacional, sino de mi país fetiche, musicalmente hablando, Inglaterra. Y que mejor abanderada de aquel país que Alice Russell.
Si no la conocéis es que, o bien no estabais en la tierra en 2008, o bien estabas en plena pubertad y lo tuyo era Bisbal y compañía. Ante cualquiera de los dos cosas, Bienvenido!!!. Después de escuchar este disco ya podéis decir, sinceramente, que escucháis buena música.
[one_half]Para que os hagáis una idea, ¿os ha pasado alguna vez eso de poner un disco y que la piel empiece a erizarse casi como por arte de magia?. ¿Qué vuestros pies y cabeza se muevan sin apenas percibir la intención inicial?. ¿Qué vuestro corazón se alegre sólo y como si todo lo que había ocurrido durante el día hasta ese momento fuera simplemente una nubecilla lejana?.[/one_half]
[one_half_last]Pues dale al play que hay un poco más abajo. Dale y verás. Prepárate, eso sí te lo digo. Prepárate para un viaje fascinante a un mundo de notas orgánicas, de instrumentos que suenan como si estuvieran en tu salón. Prepárate a escuchar una de esas voces que con apenas dos o tres discos nos estremeció a todos allá por 2008 con Pot of Gold. [/one_half_last]
El soul, o el estilo de Alice no es fácil de encajar bajo un sólo parámetro. Quizás porque bebe de muchas fuentes distintas, tanto contemporáneas como clásicas. Quizás porque la versatilidad vocal y el punto ecléctico de sus composiciones nos despistan un poco. Quizás porque aunque el disco suena coral y completo podemos encontrar tantos ritmos distintos. Quizás por todo esto, o quizás simplemente, porque su alma es mucho más que soul.
Este To Dust es el primer disco en solitario para Alice. Bueno, en solitario no, porque su fiel compañero musical TM Juke la acompaña tal y como lo ha ido haciendo desde el comienzo, allá por 2004 con Under The Munka Moon.
Ambos comparten una visión abierta de la música soul, y eso se nota. Si bien es cierto que quizás ha sido en este primer trabajo en solitario donde se ha notado más esa exploración musical. Y es que, apenas te encuentras dos temas iguales.
Por ejemplo, el disco se abre con «A to Z«, un abecedario de sensaciones a transmitir, donde Russell se desmarca como una voz emblemática y admirada en medio mundo.
[one_third]Soul clásico de movimientos de caderas y sudor nocturno.[/one_third]
«Heartbreaker Pt.2«, para mí uno de los mejores temas del disco te levanta del sofá a tirones. Te hace apretar los labios y cerrar los ojos. por esto compraste el disco, por esto te encanta el soul, por esto en cuanto termine le voy a volver a dar al play.
Pero la concepción cambia en cuanto llega «For A While«. Un tema más actual, lleno de ritmos y beats más actuales. Llenos de saber hacer musical y estribillos sencillos pero que demandan un buen directo en el que soltar nuestros instintos más básicos. «Heartbreaker» es el motivo que encontramos por el que a veces la vemos comparada a otras artistas como Joss Stone o Duffy. la nueva ola también tiene cabida en un disco que ya os advertimos que explora en sitios muy recónditos del soul.
«Hard And Strong» nos recuerda a Prince. El timbre está hecho a posta. No tiene el virtuosismo instrumental que el príncipe le imprime a sus temas, pero sí que tiene el espíritu y el funky. Si que tiene ese aire a los 90, donde la electrónica hacía su aparición de una manera franca y sin remordimientos. Donde el sonido se buscaba como un fin de apoyo a una idea, no como un fin único de expresión como sucede hoy en día.
[one_half]Y para el primer tema de la cara B (Tema 7) tenemos el gospel «To Dust«, que le da nombre al disco. Un tema marcado en el ritmo, con un ciclo cardíaco pausado pero fuerte y a borbotones. Sube sin llegar a volar, baja sin llegar a esconderse, la voz de Alice es un amasijo de entonaciones controladas que harán las delicias de los más puristas que quieran analizarla.[/one_half]
[one_half_last]Con «I love you» llega el punto romántico, con reminiscencias a otra compañera inglesa Emeli Sandé, salvando las diferencias, por supuesto. «Twin Peaks» es melódicamente muy suave, muy orgánico, pausado pero con cierto aire a tormenta en la lejanía. Tiene un desasosiego que te hace estar inquieto.[/one_half_last]
Después de todo esto, y si no os parece poco, diréis, ¿pero donde está el riesgo? ¿donde la experimentación?. Pues fácil, en temas como «Let Go (Breakdown)», vibrante y con cambios de registros marcados en mitad del tema, con guitarra española y electrónica de por medio incluso. O en «Drinking Song Interlude» al más puro estilo Justin Timberlake, O en la genial y comprometida «Citizens«. Tema que recuerda horrores a otros de grandes como Lauryn Hill o Erykah Badu.
En definitiva, un disco muy completo y de una calidad indiscutible pero arriesgado en su concepción final. Para mi gusto, esto le da incluso más puntos a su favor. La exploración, la madurez musical y la versatilidad tanto vocal, como compositiva o instrumental no se consigue haciendo siempre lo mismo.
Un regalo para nuestros oídos negros, os lo puedo asegurar.
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