19 abril, 2024
Un disco pensado, trabajado y sobre todo disfrutado en su concepción y en la manera de plasmarlo. Y todo eso lo sé porque se transmite cuando lo escuchas. El Riff emeritense nunca ha sonado mejor que en las manos de estos tipos.

El Gran Quelonio

Acho No Surf – Autoproducido

Que el rock instrumental se está volviendo a poner de moda eso ya no lo duda nadie. Un estilo musical que en los últimos años se había visto relegado a las tardes de ensayo infinitas, a los más puristas entre los melómanos, a los más frikis entre los humanos, ahora coge y se pone de moda. Qué cosas tiene la vida.

Pero lo cierto y verdad es que aún no se ha llegado al extremo de que cualquiera pueda sacar un disco de rock instrumental, al igual que el Soul está resurgiendo en este país con bandas tremendas el rock instrumental está haciendo lo propio en su vertiente.

Desgraciadamente no es un ritmo de consumo de masas y quizás esto es lo que le está dotando de bastante calidad compositiva. Si bien ya es difícil hacer música sin que aparezca una sola palabra y conseguir enganchar al personal, encima tienes que despuntar entre los grupos que surgen casi cada día a cada cual con mayor calidad y versatilidad.

Pues uno de esos grupos que rivalizan con los grandes por hacerse un hueco, bien merecido por cierto, es El Gran Quelonio, que el año pasado presentaba su primer largo “Acho No Surf” tras su EP homónimo allá por 2010.

https://www.youtube.com/watch?v=RJr2yErNDtk

Su estilo es algo distinto al de los gaditanos Commonplaces que veíamos hace unos días. El estilo de Antonio Méndez: Batería, Alberto Luque: Bajo, Mikelo: Guitarra y Tutxi Rodríguez: Guitarra, integrantes de El Gran Quelonio es más cercano al surf, con reminiscencias punk y rock clásico en ocasiones, pero sobre todo surf.

Ese estilo surgido en los 60´s en el sur de California y que tiene como máximo exponente del surf rock instrumental a Dale and the Del-Tones. Pues ese estilo sigue muy vivo en este grupo, desarrollando la máxima de crear algo consistente sobre bases bien pertrechadas y el saber que da el amor por la música en su estado más esencial, sin aditivos ni colorantes que te puedan distraer. Notas sacadas de los instrumentos a conciencia, bajo la premisa de crear algo que suene de “puta madre”.

Así nos encontraremos con temas tremendamente bailables, como el que abre el disco “Metralleta” lleno de buenos riffs de guitarra y batería, y mucho ritmo, eso que no falte. Al igual que en “Singapur” de corte más rock clásico, de esos que te hacen mover la cabeza de arriba abajo. Tremendo el riff a lo funkero del minuto y medio.

El único tema que no han compuesto ellos mismos es “Ghost and Goblins”. Si, si el del juego de NES del año y pico. Y es que es tremendo cuando te pones el tema original y después esta versión. Sólo le falta el típico sonidito de cuando te mataban o te quitaban parte de la armadura.

https://www.youtube.com/watch?v=HtVIxvpSW8E

Pero no todo iba a ser rock clásico, y ya os dijimos que los típicos trasteos de arriba abajo del mástil propio de la música surf estaban muy presentes, no hay más que escuchar “Verbena en la arena” o la más tranquilita “Bandera Roja”.

Pero si he de ser sincero me ha encantado el toque a country de “Gran Parrilla de Atún”. En este tema es quizás donde mejor se ve que se lo han tenido que pasar en grande grabando este disco. Por cierto, que está hecho en La Mina Estudios, la cuna de otros tremendos largos como el último de Pony Bravo.

Aquí hay espacio para todo, con nombre propio o prestado, da igual. Las baladas más hardcore como “Ana X” que de repente se convierten en dulce introducción al caos. El llanero solitario que nos visita en la puesta de sol con “Tiburón de Goma” o la tensa calma que precede al “Tsunami”  en una fría noche en la orilla del puerto.

Ahora que lo pienso me encantaría preguntarles como llegan a ponerle nombres a los temas….porque no pillo ni uno jeje.

Y para terminar bajamos la crudeza metálica de las cuerdas para cambiarlas por tonalidades americanas y más livianas en cuanto a daño incisivo. “Fiesta de pueblo” y “This is Mériland”, con ese toque a los Balcanes en el solo, dan por terminado un disco que se os hará intenso a la vez que sorprendente, por la variedad de pequeños detalles que descubriréis durante su escucha.

Un disco pensado, trabajado y sobre todo disfrutado en su concepción y en la manera de plasmarlo. Y todo eso lo sé porque se transmite cuando lo escuchas. El Riff emeritense nunca ha sonado mejor que en las manos de estos tipos.


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